La falta de recursos, escasez alimentaria e inseguridad, han llevado a estas comunidades a una extrema vulnerabilidad
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Refugiados tzotziles de la comunidad de Tzanembolóm, en el municipio de Chenalhó, Chiapas, están viviendo una situación crítica debido a los continuos ataques armados que persisten a pesar de la presencia de las fuerzas de seguridad. Entre los refugiados hay niños, niñas, mujeres y personas de la tercera edad, quienes han denunciado que estos ataques no cesan, generando un ambiente de constante temor y desesperación. “Queremos vivir en paz, queremos trabajar en nuestras milpas”, expresaron los pobladores, cansados de la violencia que los asedia.
La comunidad ha estado bajo el asedio de un grupo armado que, al notar la llegada del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, ha abandonado sus armas y huido en repetidas ocasiones, pero esto no ha sido suficiente para devolver la tranquilidad a Tzanembolóm.
A pesar de la presencia del grupo interinstitucional, los disparos de armas de fuego continúan en las comunidades colindantes de Pantelhó y San Pedro Chenalhó, ubicadas en la región Altos de Chiapas.
Como medida de seguridad, un grupo de habitantes ha bloqueado la carretera de terracería que conecta a Tzanembolóm con otras comunidades. Este bloqueo tiene como objetivo evitar el paso de las unidades del grupo armado que transitan las 24 horas del día, intimidando y sembrando el terror entre los pobladores. Sin embargo, esta medida no ha sido suficiente para detener los ataques.
En un video compartido en redes sociales, se puede observar a un grupo de mujeres indígenas con sus hijos menores de edad solicitando ayuda a los tres órdenes de Gobierno. El video, difundido por defensores de los derechos humanos en zonas indígenas de Chiapas, ha dado a conocer el desesperado llamado de auxilio de los refugiados, quienes hablan en su lengua materna tzotzil.
“Nosotras somos del centro Tzanembolóm, que estamos sufriendo ataques de arma de fuego por hombres armados ‘Los Herreras’. Desde hace varios días somos rehenes; están atacando nuestras casas. Por la gracia de Dios salimos vivos de nuestras casas, pero están disparando igual en donde estamos ahora. No estamos seguros dado que son gente de los caxlanes de Pantelhó, por favor, señor gobernador, ayúdenos a que podamos salir, no tenemos nada. Mira, las y los niños están descalzos. Tememos que los malos identificados como “Los Herreras” de fracción Tzanembolóm vengan a matarnos, así lo están diciendo, que van a masacrarnos como lo hicieron en Acteal. Es lo que están diciendo, por eso estamos viviendo con temor a perder la vida de nuestros hijos y de nosotras”, expresaron las mujeres en el video, traducido al español.
Este grito de auxilio resuena en medio de la indiferencia de las autoridades, quienes no han logrado garantizar la seguridad y el bienestar de estas comunidades indígenas. La situación en Tzanembolóm es un reflejo de la crisis humanitaria que viven muchas comunidades en la región Altos de Chiapas, donde los conflictos armados y la violencia han desarraigado a miles de familias, obligándolas a vivir en condiciones deplorables.
La presencia del ejército, la Guardia Nacional y la policía estatal ha resultado insuficiente para frenar la violencia y devolver la paz a la región. Los habitantes de Tzanembolóm y comunidades aledañas viven con el temor constante de ser atacados en cualquier momento. La falta de recursos, la escasez de alimentos y la inseguridad han llevado a estas comunidades a una situación de extrema vulnerabilidad.
Organizaciones de derechos humanos han alzado la voz para exigir una intervención más efectiva por parte del Gobierno estatal y federal. “No es suficiente con la presencia de las fuerzas de seguridad; se necesita una estrategia integral que aborde las causas profundas de la violencia en la región y brinde protección efectiva a las comunidades indígenas”, señaló un defensor de derechos humanos que prefirió mantenerse en el anonimato por razones de seguridad.
El domingo por la mañana un grupo de hombres indígenas de Tzanembolom llegaron hasta Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, quienes abandonaron sus hogares y se refugiaron en la única escuela del poblado tras ser víctimas de violentos ataques por parte del grupo criminal identificado como “Los Herrera”.
Los pobladores confirmaron que “Los Herrera” los atacaron a balazos durante la tarde y noche del miércoles, forzándolos a huir de sus casas. Según declaraciones de los afectados, el grupo armado, compuesto por más de 100 elementos bien armados, se atrincheró en los hogares de los habitantes de la región conocida como Fracción Tzanembolom.
A pesar de que las autoridades enviaron un convoy con 20 elementos del Ejército Mexicano, estos poco pudieron hacer ante la fuerza de “Los Herrera”. Los militares se limitaron a proporcionar algo de comida a los habitantes, quienes mencionaron que salieron de sus casas con prisa, dejando todas sus pertenencias atrás.
“La situación está muy dura, estamos encerrados en la escuela. Las mujeres y los niños están tristes y llorando. Ya no tenemos comida, se quedó todo en las casas”, indicó uno de los pobladores de Tzanembolom.
Es importante recordar que la comunidad indígena atacada pertenece al municipio de Chenalhó, ubicado en la zona serrana al norte de San Cristóbal de Las Casas. Durante años, esta región ha estado bajo el control del grupo criminal encabezado por José Guadalupe Herrera Abarca y Rubén Estanislao Herrera Gutiérrez, hasta que un grupo de autodefensa conocido como “El Machete” decidió enfrentarlos.
Los pueblos originarios de Pantelhó, Chiapas, han denunciado repetidamente la omisión del Gobierno estatal de Chiapas en aplicar la ley y respetar el Estado de Derecho. Los ataques y atropellos a los derechos humanos continúan sin cesar. Según los testimonios, los habitantes de Fracción Tzanembolom son miembros activos del Ejército Civil y trabajan con “Los Herrera”, evidenciando su vinculación con la delincuencia organizada.
Las comunidades indígenas de Pantelhó han señalado públicamente a José Guadalupe Herrera Abarca y Rubén Estanislao Herrera Gutiérrez como los principales responsables de los asesinatos de niños y otros crímenes en la región. Afirman que “Los Herrera” intentan culpar a “El Machete” de sus actos criminales para lavar sus manos, pero son ellos quienes están cometiendo emboscadas y asesinatos.
En respuesta, exigen a los fiscales de los tres niveles del Poder Judicial que ejecuten las órdenes de aprehensión contra “Los Herrera” y sus sicarios de Fracción Tzanembolom, dado que actualmente tienen encapsulados a los habitantes de Centro Tzanembolom. Los ataques recientes a niños y el despojo de tierras para fabricar drogas son una prueba de su crueldad y avaricia.
La comunidad de Pantelhó y sus alrededores han sido testigos de los crímenes cometidos por “Los Herrera”, quienes, respaldados por ciertos medios locales, difaman y acusan falsamente a otros mientras continúan atacando a la población inocente.
Es urgente que las autoridades competentes actúen de inmediato para establecer la paz y permitir que las comunidades indígenas puedan vivir libres de violencia, asegurando un futuro seguro para sus hijos. La falta de acción pone en riesgo la vida de quienes denuncian estos crímenes, por lo que hacen un llamado desesperado por justicia y protección.
Mientras tanto, los habitantes de Tzanembolóm continúan resistiendo y buscando formas de protegerse. Las mujeres y los niños, los más vulnerables en esta situación, han encontrado en la solidaridad comunitaria un apoyo crucial. “Nos ayudamos entre nosotros, compartimos lo poco que tenemos y nos mantenemos unidos”, comentó una de las mujeres entrevistadas, quien pidió no ser identificada.
El Gobierno de Chiapas ha emitido comunicados prometiendo reforzar la seguridad en la región y garantizar la protección de los habitantes de Tzanembolóm. Sin embargo, hasta el momento, las acciones tomadas no han sido suficientes para frenar los ataques ni para devolver la confianza a los pobladores.
La comunidad internacional también ha comenzado a prestar atención a la crisis en Tzanembolóm. Diversas organizaciones no gubernamentales han instado al Gobierno mexicano a tomar medidas urgentes para proteger a los tsotsiles y poner fin a la violencia. La esperanza de los habitantes de Tzanembolóm reside en que su situación se visibilice y que, finalmente, las autoridades tomen medidas concretas para garantizar su seguridad y bienestar.
En medio de este panorama desolador, los refugiados de Tzanembolóm continúan levantando la voz y clamando por ayuda. Su resiliencia y determinación son un testimonio de la lucha constante por la supervivencia y la dignidad en una región marcada por la violencia y el abandono.
De acuerdo con la información de la página Pueblos de América, la comunidad de Tzanembolom cuenta con un total de 152 habitantes (datos actualizados al año 2020), 74 mujeres y 78 hombres, todos pertenecientes a la población indígena y de los cuales el 84 por ciento hablan una lengua indígena.
Cerca del 25 por ciento de la población es analfabeta, 63 por ciento no hablan español; solo el 28 por ciento de sus habitantes tienen un empleo; tienen electricidad, pero no Internet, pocas (el 21 por ciento) tienen un televisor; menos del tres por ciento cuentan con refrigerador; hay pocas lavadoras y autos (casi cero).
La mayoría de las denuncias de los pobladores de Tzanembolom fueron hechas en redes sociales, donde también encontraron resistencia de algunas páginas que comparten información y que señalan a la autodefensa “El Machete” como responsable de los ataques.
Conviene recordar que en julio de 2021 que se registró la aparición de un grupo de autodefensas denominado El Machete y el cual se presentó en el municipio de Pantelhó y en dicha ocasión uno de los miembros aseguró que el grupo fue creado debido a “la injusticia, para defender su vida y contra los sicarios del narco”.
Para julio de 2023, diversos grupos rurales del municipio de Chenalhó exigieron a las autoridades correspondientes y a la Fiscalía de Chiapas que desmantelaran a Los Herrera, a quienes identificaron como los presuntos responsables de acciones violentas en el municipio de Pantelhó.
En palabras de los pobladores de la región, “Los Herrera” buscan retomar el control de la zona con ayuda de otros grupos criminales más grandes, quienes les proporcionan armas para atacar a los habitantes y autodefensas.