Dr. Gilberto de los Santos Cruz
El prestigioso historiador británico, Eric Hobsbawm, un pensador clave de la historia del siglo XX, señalaba que “en época de revolución, nada tiene más fuerza que la caída de los símbolos” y esto lo mencionó a propósito de cuando en julio de 1979 el símbolo de la dinastía somocista, la estatua de Anastasio Somoza García, montado en su hermoso caballo, que estaba ubicada en la parte norte del Estadio Nacional de béisbol, que llevaba su nombre, era derrumbada por el pueblo nicaragüense, sepultando a un oprobioso régimen que se había entronizado en el país por más de 40años.
La Revolución Sandinista es el producto de un largo recorrido de lucha del pueblo nicaragüense, que lo encabezó el Frente Sandinista de Liberación Nacional, organización liderado por Carlos Fonseca Amador, logra interpretar las enseñanzas de Augusto C. Sandino, que desarrolla su lucha en un contexto nacional muy complejo, signado por el entreguismo de la oligarquía libero-conservadora y en un panorama internacional, que se expresaba a través de la expansión militar norteamericana. La experiencia histórica de la revolución en Nicaragua, es una de las enseñanzas más significativas para los movimientos sociales en el mundo y en particular para la izquierda, porque se rompió con los viejos esquemas de los partidos comunistas, sentando las bases de una nueva izquierda, que logró establecer una relación dialéctica entre los instrumentos de análisis científico para una comprensión objetiva de la realidad nacional y la tradición de lucha del pueblo. Así, logró sintetizar sus esperanzas y utopías en la acción y el pensamiento de Sandino.
Los años de lucha que desembocaron en el triunfo de la revolución, tuvieron un costo muy elevado en vidas humanas. “La victoria tiene un precio elevado y triste”, decía Carlos Fonseca, no obstante, el único camino que quedaba era el de la lucha armada, igual como ocurrió en el resto de países de América Latina y el Caribe. Con su ejemplo, la Revolución Cubana, desató la ira de los Estados Unidos, aplastando todo movimiento social o político que estuviera en contra de sus intereses, ya antes, en 1954, habían derrocado a Jacobo Árbenz en Guatemala, posteriormente le dieron golpe de Estado a Juan Bosch en República Dominicana en 1963. Luego, la experiencia nacionalista de Bolivia en 1952 y su derrocamiento en 1964, el derrocamiento en 1975 del Gobierno nacionalista de Juan Velasco Alvarado en Perú, el golpe de Estado a Salvador Allende en Chile en 1973, la muerte de Omar Torrijos en 1981, entre los más significativos. Por lo tanto, el camino al triunfo en Nicaragua, estaba lleno de espinas, y para Estados Unidos, el control de Nicaragua siempre fue clave, tanto por el antecedente de la lucha de Sandino y otras expresiones de resistencia, como por su posición estratégica para la construcción de un canal interoceánico.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) retomó los ideales de Augusto César Sandino en su lucha triunfal sobre la dictadura de la familia Somoza, que se mantenía el poder desde 1934. Sandino luchó contra la invasión estadounidense en Nicaragua (1926-1933).
La lucha del FSLN contra Somoza comenzó en 1961, pero la avanzada se intensificó en 1979, cuando las facciones de la organización, con el apoyo del pueblo nicaragüense, decidieron llamar a huelga general.
El 19 de julio las columnas guerrilleras sandinistas entraron en Managua, acompañados por el pueblo, para consumar la derrota de la dictadura y reivindicar la lucha popular.
En 1979, tras una larga lucha, el FSLN logró el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle y la dinastía de la familia Somoza, que había gobernado el país durante décadas. Se estableció un Gobierno, en el cual, los sandinistas gobernaron entre 1979 y 1990. Durante tal Gobierno, se estableció una política de alfabetización masiva, enfoque en los servicios públicos, como la sanidad, y la igualdad de género. Desde 1981, el Gobierno sandinista tuvo que hacer frente a la Contra –de contrarrevolucionarios, – milicia financiada y entrenada por la CIA de estados con el fin de derrocar al FSLN. Tras 16 años en la oposición, el FSLN volvió a obtener la victoria en las elecciones del año 2006, resultado que se repetiría en las elecciones de 2011, 2016 y 2021.
El FSLN lideró la lucha armada contra la dictadura de la familia Somoza en Nicaragua a partir de su fundación, pasando por varios períodos; desde muchas acciones armadas y políticas, hasta su casi desaparición a principios de los años 1970.
En 1974 inicia un proceso creciente de actividades armadas que tienen su punto máximo hacia mediados de 1978 y llevan al triunfo de la revolución en 1979. Esta lucha se denomina Revolución Nicaragüense o Revolución Popular Sandinista y permitió la entrada, y ascenso al poder, de los revolucionarios en Managua el 19 de julio de 1979; y el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, hijo de Anastasio Somoza García quien es el origen de lo que se denominó la Dinastía Somoza”, en el poder en Nicaragua desde el asesinato de Augusto Cesar Sandino en 1934.
El 21 de febrero de 1934 Somoza, utilizando a la Guardia Nacional, asesina a Sandino quien había opuesto y luchado contra la intervención estadounidense. Este fue el primer acto de una serie que llevaron a que Somoza, con apoyo de Estados Unidos, se eligiera presidente de Nicaragua en 1936. Con ello se marcó el comienzo e instauración de una dictadura familiar de la familia Somoza que contó con el apoyo de Estados Unidos cuyos intereses defendían. Anastasio Somoza García, asesinado por el poeta nicaragüense Rigoberto López Pérez en 1956 y vincularon, con esta acción, a Carlos Fonseca y Tomás Borge. En octubre de 1958, Ramón Raudales inició una serie de acciones guerrilleras que constituyen el inicio de la lucha armada contra la dictadura somocista.
La oposición convencional, hasta entonces liderada por el Partido Comunista de Nicaragua, no había sido capaz de formar un frente común contra la dictadura. La oposición a la dictadura se fue estableciendo en torno a diversas organizaciones clandestinas estudiantiles. Entre sus líderes destacaba, ya a comienzo de la década de los años 1960 Carlos Fonseca Amador. He aquí el Himno del FSLN
Adelante marchemos compañeros
avancemos a la revolución
nuestro pueblo es el dueño de su historia
arquitecto de su liberación.
Combatientes del Frente Sandinista
adelante que es nuestro el porvenir
rojinegra bandera nos cobija
¡Patria libre vencer o morir!
Los hijos de Sandino
ni se venden ni se rinden
luchamos contra el yankee
enemigo de la humanidad.
Adelante marchemos compañeros… bis
Hoy el amanecer dejó de ser una tentación
mañana algún día surgirá un nuevo Sol
que habrá de iluminar toda la Tierra
que nos legaron los mártires y héroes
con caudalosos ríos de leche y miel.