Cinco de cada 10 purificadoras a granel son clandestinas
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
Las empresas que venden agua purificada a granel, han resultado una opción a la economía familiar ante los altos precios de este producto. Sin embargo, es importante acercarse a empresas que cumplan con las normas en la materia, y es que muchas veces, las familias por ahorrarse algunos pesos, prefiere rellena sus garrafones, suelen ser más económicas que el agua pre envasada, la cual ronda en los 40 pesos por un garrafón sellado y prefieren optar por rellenarlo a un costo de 18 pesos.
“El sabor del agua, que no sepa mucho a cloro, cómo vienen selladas y en qué tipo de envases te los dan, lo siento un poquito más económico”, mencionó Javier, consumidor de agua rellenable.
Estos procesos están regulados por la norma oficial mexicana, a decir de la dirección de protección contra riesgos sanitarios. Cinco de cada 10 establecimientos son clandestinos, es decir, no cumplen con las disposiciones, como la higiene, que el área de llenado esté aislada del resto del procedimiento, y que tenga sus leyendas y licencias de manera visible.
“Las purificadoras deben de cumplir de manera permanente con toda la legislación que les regula, que es lo que habíamos mencionado anteriormente, es responsabilidad de ellos la inocuidad del producto, se mantiene un programa permanente de vigilancia, de manera aleatoria se visitan establecimientos y se evalúa el cumplimiento normativo mediante una cédula de evaluación”, mencionó, Ángel Gabriel Valdiviezo, de proyecto de alimentos, agua y hielo purificados Dipris.
Asimismo, los usuarios deben cumplir con su obligación, dado que en ocasiones, el problema reside en el envase, no en el producto.
“Deben de lavar bien sus envases, que no lo hayan utilizado para solventes que lo ocupan, por descuido o porque alguien lo mal utilizó, y como al momento no se siente, se llena, luego vienen a reclamar que el agua está mala”, mencionó Flor Balcazar, empleada de una purificadora de agua.
Otros de los riesgos a los que se enfrentan al usar este tipo de servicios, es la reutilización de garrafones de agua, una práctica común, la cual pueden contaminar con microorganismos dañinos y productos químicos nocivos. Por esta razón, es importante asegurarse de que los garrafones de agua se llenen en instalaciones limpias y seguras que cumplan con los estándares de calidad y seguridad adecuados, según lo indican las autoridades.
El proceso del relleno de garrafones se hace de forma diferente en cada planta y estado de la República, pero los pasos son esencialmente: recolección, lavado, relleno, y sellado. El problema es que estos pasos no están estandarizados y no siguen un protocolo, por lo que pueden presentar errores en los que pone en riesgo la salud y calidad del agua.
Según un estudio realizado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), se ha encontrado materia fecal en garrafones de agua que han sido llenados en establecimientos no autorizados. La presencia de materia fecal indica que el agua no ha sido tratada adecuadamente y puede estar contaminada con bacterias, virus y otros microorganismos.
Otro problema asociado al relleno de garrafones es que, cuando no están bien sellados, pueden entrar bacterias y otros microorganismos al agua. Estas bacterias pueden ser responsables de enfermedades gastrointestinales, como diarrea y vómito, que pueden ser graves en niños y personas mayores.
Finalmente, las autoridades sanitarias señalaron que siempre y cuando se cumpla con estos estándares, el consumo de agua a granel es seguro y puede ser una buena alternativa al bolsillo familiar.