Esta realidad sugiere que, a nivel local, las medidas de protección y vigilancia aún son insuficientes para garantizar seguridad
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En un reciente informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), Tapachula ha escalado al preocupante quinto lugar entre las ciudades más inseguras de México, con un 84 por ciento de sus residentes que perciben a la ciudad un lugar peligroso. Esta estadística refleja un sentimiento generalizado de inseguridad que no solo afecta a los ciudadanos, sino que también plantea serias preguntas sobre las políticas locales y las estrategias de seguridad pública.
La encuesta, correspondiente al segundo trimestre de 2024, destacó un fenómeno alarmante: la creciente sensación de inseguridad en áreas urbanas específicas. Tapachula, junto con Fresnillo, Naucalpan, Uruapan e Irapuato, se encuentra entre las ciudades donde la mayoría de los adultos de 18 años y más reportan un nivel elevado de temor por su seguridad.
Por otro lado, el informe también revela que otras ciudades, como San Pedro Garza García y Los Cabos, muestran una percepción de seguridad notablemente superior, con índices de inseguridad mucho más bajos. Este contraste resalta una brecha significativa en la calidad de vida urbana y sugiere que las diferencias en las políticas de seguridad y desarrollo urbano podrían ser factores determinantes en la percepción de seguridad de los residentes.
El análisis también pone de relieve una tendencia preocupante en cuanto a la percepción de inseguridad en espacios específicos. La mayoría de la población se siente vulnerable en lugares comunes como cajeros automáticos y transporte público, lo que indica un grave problema de seguridad que afecta incluso a las actividades diarias de los ciudadanos.
Esta perspectiva de deterioro potencial, combinada con un alto índice de conductas delictivas y antisociales observadas por los residentes, subraya la necesidad urgente de una respuesta integral y coordinada para abordar los problemas de seguridad en la ciudad. El desafío de mejorar la percepción de seguridad y restaurar la confianza pública es uno de los mayores obstáculos que enfrenta Tapachula en el corto y mediano plazo.