La mayoría de siniestros se deben a conductas imprudentesde conductores, esto evidencia carencias en educación vial
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
El año 2023 puso de manifiesto un desafío alarmante en la red vial de Chiapas, con seis tramos carreteros concentrando el 37.5 por ciento de los 400 accidentes reportados en el estado. Este dato, revelado por la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT), no solo destaca un problema grave de seguridad vial, sino que también sugiere una necesidad imperiosa de revaluar y rediseñar las estrategias de seguridad en estas rutas críticas.
La carretera MEX-200, con 144 colisiones y 13 vidas perdidas, es el epicentro de la crisis. El tramo Escuintla-Huixtla, con 35 accidentes, destaca como el punto más peligroso. Este segmento necesita una atención urgente, no solo por su alta incidencia de siniestros, sino por las posibles deficiencias en el diseño de la carretera y la señalización. La implementación de barreras de seguridad y una revisión exhaustiva del trazado podrían ser pasos cruciales para reducir el riesgo en esta área.
La Ruta MEX-190, que acumula 33 accidentes, presenta un patrón preocupante en el tramo libramiento Sur de Tuxtla Gutiérrez-Villahermosa – Escopetazo. Aquí, el alto número de colisiones indica problemas tanto en la infraestructura como en la gestión del tráfico. Un enfoque en el mantenimiento preventivo y en la implementación de controles de velocidad podría mitigar la frecuencia de accidentes en esta vía.
La Ruta MEX-190D, con 29 accidentes, refleja un patrón similar en los tramos desde Chiapa de Corzo a Puente San Cristóbal. La alta incidencia sugiere que las condiciones del camino y la visibilidad pueden ser factores determinantes. Mejoras en la iluminación y en el diseño del trazado podrían ser medidas efectivas para reducir el número de colisiones en esta ruta.
Finalmente, los tipos de accidentes más frecuentes, como la salida del camino y las colisiones contra objetos fijos, subrayan la necesidad de un enfoque integral que combine mejoras en la infraestructura con educación vial. La combinación de barreras de seguridad más robustas y programas de concienciación para los conductores podría ser clave para abordar esta crisis.