Alumnos encontraron en este producto una forma de realizar una bebida artesanal
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
Cada 2 de agosto se conmemora el día internacional de la cerveza, y estas estudiantes chiapanecas
desarrollaron un proyecto para su producción, aprovechando los insumos locales para reemplazar
al lúpulo.
Estudiantes de ingeniería química, encontraron la forma de reemplazar el lúpulo en la producción
de cerveza artesanal, usando en su lugar un ingrediente local.
“El lúpulo es un producto totalmente importado, es decir, no se produce en el territorio mexicano,
los principales países importadores de este producto es Estados Unidos, Alemania y Nueva
Zelandia, entonces dado a esta situación nosotros quisimos darle la oportunidad a una fruta
endémica de nuestra región sureste de México, y qué mejor que darle una oportunidad al cacaté
que es chiapaneco y tiene una similitud de propiedades tanto físicas como químicas a las del
lúpulo”, mencionó Sara Arroyo, estudiante de ingeniería química.
El cacaté es una planta maderable con diferentes usos, ya sea como madera o como uso
medicinal, sirve para el hígado y la diabetes. Se come de manera cruda o tostada, dado que es ahí
cuando conserva su mayor proporción proteica.
“Entre las propiedades que se encuentran del cacaté es que ayuda a la piel y en la digestión, es
una fruta que se encuentra en lugares húmedos donde hay mucha lluvia, lo más cerca que
podemos encontrar aquí de Tuxtla es en Tecpatán, agregó Astrid Jimenez, estudiante.
Luego de llevar a cabo un proceso químico, lograron obtener una cerveza con los grados brix,
porcentaje de alcohol y unidades internacionales de amargor dentro de la norma oficial mexicana,
lo que podría implementarse en la industria cervecera local.
“Está lo que es el malteado, que es recircular el caldo que tenemos, que en este caso es el mosto,
de ahí tenemos el caldo para poder pasar a lo que es el enfriamiento para proseguir con lo que es
la fermentación, dejamos reposar 15 días aproximadamente, pasando los 15 días pasamos a lo
que es el embotellado”, dijo Miriam Menchug, estudiante de ingeniería.
Aseguran que es un proceso largo, pero ha dado buenos resultados, después de madurar de 10 a
14 días, obtienen el resultado final.
“Es bastante satisfactorio que nuestros alumnos puedan lograr lo que de una idea surgió a tener
un proyecto finalizado, es de gran importancia porque ellos son los que van logrando hacer y
llevando a cabo todos esos conocimientos que van adquiriendo durante la carrera y que ahora se
ven aquí puestos, llevados a cabo”, puntualizó la asesora académica.