La falta de documentación y protocolos en supuestos controles preventivos en Frontera Hidalgo genera desconfianza y temor
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En Frontera Hidalgo, una creciente preocupación está envolviendo a los automovilistas y habitantes debido a la aparición de retenes. Estos controles, que se presentan bajo el pretexto de ser operativos policiales, han generado inquietud entre la ciudadanía por su falta de legitimidad y protocolo. La solicitud de intervención por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha surgido como una medida para restaurar la seguridad y el orden en la región fronteriza.
Los ciudadanos han reportado que los retenes, que se identifican con uniformes y siglas gubernamentales, no cuentan con la documentación o el respaldo legal necesario para llevar a cabo estas inspecciones. Este vacío de autoridad ha llevado a la sospecha de que podrían tratarse de grupos criminales disfrazados de oficiales, que utilizan su apariencia para intimidar y extorsionar a los automovilistas.
Las denuncias de los residentes revelan una serie de abusos en estos controles, incluyendo la exigencia de documentos y el cobro de cuotas bajo la amenaza de no permitir el paso. En algunos casos, los operativos han escalado hasta el punto de despojar a migrantes de sus pertenencias y bajarlos de vehículos, sin que se aclare el destino de estas personas. Este tipo de comportamiento no solo es ilegal, sino que también pone en riesgo el bienestar de todos los involucrados.
La solicitud a la Sedena no solo busca una intervención directa para frenar estos abusos, sino también para establecer un protocolo claro y transparente que garantice la seguridad en los tramos carreteros fronterizos. La presencia de grupos criminales en municipios vecinos como La Concordia, Frontera Comalapa y Jiquipilas ha sido documentada, y los residentes temen que esta situación se repita en su comunidad si no se toman medidas inmediatas.
La demanda de una presencia militar en lugar de las actuales y cuestionables prácticas de control es una manifestación del deseo de los ciudadanos de recuperar un sentido de seguridad y justicia en su entorno. La intervención de la Sedena podría devolver la confianza a los automovilistas de la región.