El acceso desigual a educación superior en Chiapas limita las oportunidades de desarrollo para sus jóvenes
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas se destaca como un punto clave en el perfil juvenil de México, con una población de 15 a 29 años que es la más joven del país. Mientras el promedio nacional de edad juvenil es de 24 años, la entidad chiapaneca lidera con una edad promedio aún menor, lo que resalta una vitalidad demográfica que contrasta con el envejecimiento general de la población mexicana.
Este contraste demográfico entre Chiapas y otros estados, como la Ciudad de México, donde la mediana de edad alcanza los 35 años, sugiere una brecha significativa en las necesidades y oportunidades de desarrollo. La juventud chiapaneca, con su potencial, representa tanto una promesa para el futuro como un desafío para los responsables de políticas regionales.
A pesar de este dinamismo, el acceso a educación y empleo sigue siendo desigual. En Chiapas, donde el 60 por ciento de los jóvenes han alcanzado la educación media superior, la falta de oportunidades para continuar su formación académica limita el desarrollo potencial. La brecha en acceso educativo subraya la necesidad urgente de invertir en infraestructuras educativas y programas de capacitación.
El mercado laboral en México también refleja una realidad compleja: con 16.7 millones de jóvenes en la población económicamente activa, solo 15.9 millones están ocupados. Este desajuste entre educación y empleo destaca la necesidad de políticas que faciliten la transición de los jóvenes del ámbito académico al laboral, lo que asegura que sus habilidades sean valoradas y utilizadas.
La estructura de relaciones sociales y el estado civil de los jóvenes chiapanecos, con una mayoría soltera, indica un enfoque en el desarrollo personal antes de formar familias. Este patrón refuerza la necesidad de políticas que apoyen a los jóvenes en su camino hacia la independencia económica y la realización profesional, mientras aprovechan su potencial para impulsar el crecimiento regional.