Autoridades locales son instadas a adquirir un terreno adecuado lejos de la costa para facilitar el acceso a visitantes
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La reciente ola de lluvias en Paredón, Tonalá ha desatado una crisis inesperada en el cementerio local, que se encuentra inundado y afectado por el avance del agua hacia las tumbas. Los afectados, liderados por Jessica Arreola Cortés, solicitaron una solución urgente ante lo que consideran una gestión fallida del panteón. La proximidad de este recinto a la orilla del mar ha ocasionado daños severos con las lluvias recientes.
El cementerio, situado a unos metros del mar, ha visto cómo el agua se ha infiltrado en las tumbas, lo que dificulta el acceso de las familias que desean rendir homenaje a sus seres queridos. El agua ha comenzado a desestabilizar los nichos, al crear huecos en la estructura de los entierros. La preocupación ahora se centra en evitar que el problema empeore, dado que la acumulación continua de agua podría afectaciones irreversibles.
En respuesta a esta crisis, las familias han propuesto que las autoridades locales adquieran dos hectáreas de terreno a la entrada de Paredón, lejos de la influencia del mar. Este terreno serviría para la reubicación del cementerio y se mitigarían inundaciones futuras. La necesidad de una solución a largo plazo es evidente, puesto que el actual emplazamiento del panteón ha demostrado ser inapropiado para las condiciones climáticas de la región.
Además de la compra de terreno, las familias piden que se construyan barreras protectoras en la actual ubicación del cementerio. La instalación de bardas o piedras podría ofrecer una defensa temporal contra el avance del agua.
El impacto de la inundación no solo afecta la integridad física de las tumbas, sino también el acceso emocional de las familias que enfrentan un camino peligroso para llegar a sus seres queridos. La crisis en Paredón subraya la urgencia de una solución estructural por parte de las autoridades municipales.