Tras 20 días de violencia en la Sierra, el municipio comienza a retomar su normalidad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En Motozintla, un respiro de alivio se siente tras la reciente calma en la zona Sierra. Luego de días donde la violencia paralizó la vida cotidiana, los habitantes de esta localidad han comenzado a experimentar una mejora en las condiciones. La noticia del levantamiento del toque de queda, comunicado a través de mensajes de WhatsApp por uno de los grupos delincuenciales que impusieron las restricciones, marcó un precedente en la situación de inseguridad.
El toque de queda, que limitaba el movimiento de los residentes entre las ocho de la noche y las seis de la mañana, ha sido suspendido, permitiendo a los ciudadanos reanudar sus actividades nocturnas. Las tiendas, que permanecían cerradas, han reabierto sus puertas, y las calles vuelven a llenarse de vida durante el día. La movilidad ha aumentado, y el transporte público ha reanudado sus rutas hacia diversos puntos de la Sierra, volviendo en parte la normalidad en el municipio.
Sin embargo, este regreso a la rutina no es una resolución definitiva del conflicto. Los enfrentamientos entre grupos delincuenciales por el control de la plaza continúan, y aunque el ambiente ha mejorado, la violencia sigue latente. El levantamiento del toque de queda representa un respiro, pero la paz aún parece lejana.
El entorno sigue marcado por la vigilancia constante. Los filtros en las entradas y salidas del municipio, establecidos por los propios residentes, operan con rigor. Los controles incluyen la revisión minuciosa de vehículos y la solicitud de credenciales de elector, lo que refleja un esfuerzo por mantener la seguridad.
El retorno a la normalidad en Motozintla es un recordatorio de la fragilidad de la paz en regiones afectadas por la violencia. Mientras los residentes comienzan a recuperar sus rutinas y el comercio vuelve a operar, la comunidad sigue vigilante ante el riesgo de nuevos conflictos.