La Fiscalía trasladó dos cuerpos sin vida al panteón municipal, pero su olvido ha provocado una crisis de salud pública
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En Ostuacán, la comunidad enfrenta una crisis sanitaria debido a la presencia de dos cadáveres abandonados en el panteón municipal desde la semana pasada. Los cuerpos, trasladados al cementerio por personal de la Fiscalía y colocados en ataúdes, fueron dejados en el lugar sin que nadie los reclamara. Esta situación ha desatado una ola de malestar entre los residentes y un grave problema de salud pública.
Los habitantes del municipio están alarmados por el avanzado estado de descomposición de los cuerpos, lo que ha provocado un fuerte mal olor en el área circundante. El panteón municipal, situado cerca del centro de la cabecera y de la clínica de salud, se ha convertido en un foco de incomodidad y preocupación, que afecta tanto a los residentes como a los pacientes del hospital local.
La falta de acción por parte de las autoridades competentes ha intensificado la situación. Los residentes han denunciado que, a pesar de las quejas y solicitudes, no se ha tomado ninguna medida para trasladar los cuerpos a una fosa común o para realizar su sepultura adecuada. Esta inacción no solo agrava el problema sanitario, sino que también pone en riesgo la salud en una zona ya vulnerable.
El hospital local ha considerado suspender algunos de sus servicios debido a los malos olores que invaden sus instalaciones. Los médicos y el personal de salud enfrentan dificultades para brindar atención adecuada, dado que la incomodidad y el malestar por el entorno han generado un ambiente de trabajo insostenible.
Ante la gravedad de la situación, la comunidad ha hecho un llamado urgente a las autoridades locales y de salud para que tomen medidas inmediatas. La falta de respuesta efectiva podría llevar a consecuencias más severas, tanto para la salud pública como para la estabilidad de la comunidad en general.