Gabino, una historia de perseverancia entre la modernidad
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
La historia de don Gabino, un fotógrafo de antaño que sobrevive a la era de la tecnología, la cual ha reducido en gran medida su actividad.
Es un fotógrafo con 77 años de edad, cuya pasión por la fotografía comenzó en su juventud. Desde entonces, ha dedicado su vida a capturar momentos únicos a través de su lente, siendo testigo de la evolución de esta actividad profesional.
Desde una de las comunidades de la zona media alta de Tapachula, que lo vio crecer, emigró a la ciudad en donde le surgió la pasión por la fotografía.
“Yo nací en una finca que se llama Maravilla, me vine a la ciudad, me gustó la foto. Compré una cámara chica, y así fui empezando, después ya compré una cámara mejor y comencé a trabajar en bodas y 15 años”, comentó.
Gabino inició en el mundo de la fotografía cuando aún se utilizaban cámaras analógicas o mecánicas y el revelado de las imágenes era todo un ritual en la década de los 70’s cuando se requería paciencia y precisión. Con el tiempo, la fotografía ha experimentado una transformación radical, marcada por la llegada de la tecnología digital. El señor Gabino ha tenido que adaptarse a estos cambios, aprendiendo a utilizar cámaras digitales, programas de edición y las redes sociales para promocionar su trabajo.
“Antes era puro rollo 135, ahora ya no, todo es digital, pero en cuestión de la foto, así para que se tomen la foto en el parque, para un recuerdo, ya no porque, nos acabó el celular. Ahorita ya lo que nos ayuda son las infantiles, para escuela, seguro o para cualquier tipo de documentos”, señaló.
Sin embargo, esta transición no ha sido sencilla. La accesibilidad de los dispositivos inteligentes, ha afectado los ingresos de Gabino, quien ha visto cómo los clientes optan por tomar ellos mismos sus fotografías, A diferencia de aquellos años, cuando en el parque central de esta ciudad, la toma de la postal era requerida.
“Ya se acabó las postales, ya no hay, ya ni tomo, siquiera dos, tres fotos diario, nada, de repente una vez en cuando. Antes eran 150 fotos los domingos para entregar en el transcurso de la semana, ahora ya no, acabó todo esto”, mencionó.
La satisfacción que le queda al señor Gabino es saber que de este oficio sacó adelante a su familia, su esposa y sus cuatro hijas, quienes le han dado nietos y son los que ya se perfilan a seguir el legado de su abuelo.