El tratamiento, debe ser integral, donde se aborden no solo síntomas, sino también causas subyacentes de la depresión
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El suicidio se ha convertido en una crisis silenciosa que afecta a Chiapas con creciente intensidad. En 2023, 163 personas decidieron terminar con su vida, lo que equivale a más de cuatro suicidios por semana. Estas circunstancias ponen de relieve la gravedad de una situación que sigue siendo insuficientemente abordada por las autoridades y la sociedad.
Algunos reconocen que la depresión no es solo una sensación pasajera de tristeza o frustración, sino un trastorno mental que requiere atención especializada y el apoyo constante de una red cercana. La historia subraya la importancia de contar con un sistema de salud mental robusto que pueda ofrecer ayuda efectiva a tiempo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que alrededor de 800 mil personas se suicidan de forma anual en todo el mundo, una cifra que refleja la magnitud global de esta crisis. En Chiapas, la situación se agrava por la falta de recursos y programas adecuados para la prevención y el tratamiento de la depresión, que a menudo tiene raíces complejas, incluyendo factores genéticos, sociales y biológicos.
El abuso de sustancias como el alcohol y las drogas no solo agrava la depresión, sino que también nubla el juicio en momentos críticos. A través de programas de rehabilitación y el apoyo de profesionales de la salud mental en centros de apoyo, los pacientes logran salir adelante. Sin embargo, no todos en el estado tienen acceso a este tipo de recursos, lo que deja a muchos en situaciones de vulnerabilidad extrema.
Es fundamental que se reconozca la depresión como una condición médica seria, no como una debilidad de carácter. La atención temprana por parte de un especialista es crucial, en especial si una persona muestra signos de tristeza persistente o pérdida de interés en actividades que solían disfrutar. La entidad necesita una respuesta coordinada que incluya campañas de concienciación, acceso a servicios de salud mental y un enfoque comunitario para reducir el estigma asociado con la depresión y el suicidio.