La falta de planificación y exhumación de osamentas reflejan una necesidad por expandir
espacios funerarios
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Tapachula enfrenta una crisis de espacio en sus cementerios que exige una solución urgente y
estratégica. Los dos principales camposantos de la ciudad, el municipal y el Jardín, han alcanzado
su capacidad máxima, esto deja a los residentes sin opciones adecuadas para la inhumación de sus
seres queridos. La falta de previsión por parte de las autoridades locales ha elevado la
preocupación entre los ciudadanos.
Esta saturación no solo afecta a la población de Tapachula, sino también a Puerto Madero, donde
el cementerio fue destruido por el oleaje. La erosión ha convertido el área en un peligro potencial
para los bañistas y ha proyectado una imagen negativa a los turistas. Este daño subraya la
necesidad de una planificación integral que no solo contemple la expansión de los cementerios
existentes, sino también la rehabilitación de los sitios afectados por desastres naturales.
La presión en los cementerios ha llevado a prácticas cuestionables, como la exhumación de
osamentas para hacer espacio, un proceso que incurre en costos adicionales para las familias en
duelo. Esta situación plantea un dilema ético y financiero, que resalta la urgencia de habilitar
nuevos terrenos para evitar la reubicación forzosa de restos humanos y las dificultades
económicas asociadas.
El problema de espacio en los cementerios también refleja una falta de inversión en
infraestructura esencial por parte de las autoridades. Con la saturación actual y el crecimiento
continuo de la población, es imperativo que se busquen alternativas viables y se adquieran nuevos
terrenos para cementerios. La solución a este problema requiere un enfoque proactivo que
contemple la expansión y modernización de los servicios funerarios.
Tapachula debe enfrentar de manera decidida la crisis de espacio en sus cementerios para
garantizar un servicio digno y adecuado para todos los residentes. La búsqueda de nuevos predios
y la mejora de la infraestructura existente son pasos cruciales para resolver esta problemática y
prevenir futuros conflictos relacionados con la inhumación en la ciudad.