Dicha deforestación, amenaza la capacidad productiva. Obtener una recuperación podría tardar siglos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas enfrenta una crisis que pone en riesgo su capacidad productiva y su biodiversidad: la erosión del suelo. Este fenómeno, intensificado por las actividades humanas y agravado por condiciones climáticas adversas, afecta al 70por ciento de las tierras agrícolas en la región, según informes recientes de diversas instituciones ambientales. Esta realidad amenaza con desestabilizar no solo el entorno natural, sino también la economía rural, dependiente de la agricultura.
El coordinador territorial de Sembrando Vida, Jorge Aguilar Reyna, ha advertido sobre la gravedad del problema. En la zona Sierra, se pierden ocho toneladas de tierra por hectárea cada año, un ritmo que evidencia la destrucción del suelo debido a prácticas agrícolas inadecuadas y la continua deforestación. La lenta recuperación del suelo subraya la urgencia de adoptar medidas preventivas.
Las consecuencias de esta erosión son visibles en los ríos de la región, lo que reduce la vida acuática y agrava el riesgo de inundaciones. Para combatir esta tendencia destructiva, Aguilar Reyna hizo un llamado a implementar prácticas agrícolas sostenibles que puedan mitigar la pérdida de suelo. El futuro de la agricultura en Chiapas, y en gran medida el bienestar de su población rural, depende de estas acciones.
El programa Sembrando Vida, uno de los esfuerzos más significativos en la lucha contra la erosión en Chiapas, ha comenzado a introducir prácticas agroforestales como el MIAF (Maíz Intercalado con Árboles Frutales), que promueven la regeneración del suelo al incrementar la biomasa y mejorar la composición orgánica del suelo. Sin embargo, Aguilar Reyna advierte que los resultados de estas iniciativas solo se verán a largo plazo, dada la magnitud del daño.
El 60 por ciento de las tierras agrícolas en Chiapas está en manos de ejidos, la colaboración de las comunidades locales es crucial. Lo que hagan o dejen de hacer estos agricultores será determinante para revertir o acelerar la degradación del suelo.