15 mil ciudadanos se quedaron sin la posibilidad de emitir su sufragio para elegir a autoridades municipales
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
Las elecciones extraordinarias en Chiapas, programadas para el 25 de agosto, enfrentaron un obstáculo significativo. El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) decidió suspender los comicios en Pantelhó, una medida que reflejó no solo las dificultades logísticas, sino también la crisis de seguridad que afecta a la región. Esta decisión reveló la complejidad de organizar elecciones en contextos adversos.
El ajuste en Pantelhó fue radical, con la eliminación total de las 28 casillas previstas. Este cambio dejó a 15 mil votantes sin posibilidad de ejercer su derecho al voto, lo que no solo socavó la legitimidad del proceso electoral en este municipio, sino que también resaltó la debilidad institucional frente a la violencia y la inestabilidad local. La disolución del Consejo local de Pantelhó refleja una crisis más profunda que la mera logística electoral.
En contraste, Chicomuselo y Capitán Luis Ángel Vidal experimentaron ajustes menores. La reducción de casillas en Chicomuselo, de 45 a 27, afectó a 15 mil votantes, disminuyendo la cobertura electoral en un contexto de alta tensión. Mientras tanto, Capitán Luis Ángel Vidal mantuvo sus seis casillas, permitiendo una continuidad relativa en el proceso electoral para sus tres mil votantes. Estos ajustes subrayaron la desigualdad en la cobertura electoral entre municipios.
Sin embargo, la situación expuso la necesidad urgente de estrategias más robustas para garantizar la seguridad y la legitimidad de procesos electorales en regiones conflictivas. El desafío no fue solo organizar elecciones, sino también asegurar que se realizaran en condiciones que garantizaran la participación efectiva y segura de todos los ciudadanos.
La respuesta del IEPC y los llamados a la calma por parte de la consejera presidenta provisional, María Magdalena Vila Domínguez, fueron pasos importantes hacia la estabilidad. No obstante, estos eventos subrayaron una realidad preocupante sobre la capacidad del sistema electoral para manejar situaciones extremas. La comunidad e instituciones debieron trabajar en conjunto para fortalecer el proceso democrático y asegurar que las elecciones reflejaran la voluntad del electorado.