Este vacío, que Gobierno federal aún no ha resuelto, pone en riesgo la continuidad de una industria clave
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El Soconusco, conocido por su vocación agrícola y su producción orientada a la exportación, enfrenta desafíos críticos que amenazan con desestabilizar la economía de la región. A pesar de la calidad indiscutible de cultivos como el mango Ataúlfo, los productores luchan por mantener los estándares exigidos por los mercados internacionales debido a un problema recurrente: la falta de apoyo financiero.
El presidente del Consejo Regulador de la Calidad del mango Ataúlfo del Soconusco y tesorero de la Asociación de Fruticultores, Alfredo Cerdio Sánchez, señaló que, a pesar de los esfuerzos por garantizar una producción de calidad, el financiamiento es insuficiente. La banca privada, necesaria para impulsar el desarrollo del sector, encasilla a este sector como de alto riesgo. Esta falta de confianza se traduce en un acceso limitado a los recursos necesarios para el mantenimiento y mejora de los cultivos.
La propuesta de Cerdio Sánchez de restablecer los fondos de garantía, que alguna vez facilitaron el acceso al crédito, es una medida que podría cambiar el panorama. Sin embargo, la respuesta del Gobierno ha sido lenta, lo que deja a los productores en una situación de incertidumbre. Los bancos de desarrollo han mostrado interés en colaborar, pero sin un respaldo claro del Estado mexicano, estas conversaciones podrían no traducirse en acciones concretas.
Mientras tanto, los productores no han permanecido inactivos. Han buscado negociar con proveedores de insumos para obtener plazos más flexibles y han explorado opciones con uniones de crédito. La baja en la producción de mango Ataúlfo de exportación del año pasado, aunque atribuida en parte a factores climáticos, subraya la vulnerabilidad del sector ante la falta de un financiamiento adecuado.
El llamado de los agricultores es urgente y claro: se necesita un esfuerzo conjunto entre el Gobierno, las instituciones financieras y los productores para garantizar la sostenibilidad del sector agrícola en el Soconusco. La calidad de los productos de exportación está en juego, y con ellos, el futuro económico de una región que depende del campo para subsistir.