Comercios cerrados y carreteras bloqueadas agravan la crisis alimentaria en Motozintla
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La violencia que ha azotado a los municipios de la Sierra de Chiapas ha tenido un impacto devastador en las comunidades locales, pero sus efectos más graves se sienten en los hogares, donde la escasez de alimentos pone en riesgo a los más vulnerables. En Motozintla, la situación es alarmante: comercios cerrados, calles desiertas y una sensación de desolación que ha convertido a la cabecera municipal en un pueblo fantasma.
La falta de acceso a productos básicos ha llevado a las familias a racionar los alimentos que aún les quedan, temiendo que la crisis se prolongue. Los adultos mayores y los niños, en particular, enfrentan un peligro inminente. La escasez no solo les afecta en términos de nutrición, sino que también les priva de la seguridad y la normalidad que el acceso a la comida proporciona. Para muchos, la preocupación va más allá del hambre: es una cuestión de supervivencia en medio de un entorno cada vez más hostil.
El cierre de los comercios no solo ha interrumpido la economía local, sino que ha dejado a las familias sin la posibilidad de abastecerse de lo más esencial. Aquellos que lograron comprar productos antes de que la situación se volviera crítica ahora se ven obligados a estirar sus provisiones. Sin embargo, el tiempo y los recursos se agotan, y la desesperación crece a medida que los días pasan sin señales de alivio.
Los bloqueos en las carreteras agravan aún más la situación, puesto que cortan las vías de suministro que podrían aliviar el desabasto. Este aislamiento forzado, combinado con el miedo constante a la violencia, ha dejado a la comunidad en un estado de vulnerabilidad extrema.
Con un panorama que no muestra signos de mejora inmediata, Motozintla enfrenta un dilema crucial: esperar a que las condiciones mejoren o buscar alternativas en un contexto donde la seguridad y el acceso a alimentos se han convertido en un lujo inaccesible. Mientras tanto, la incertidumbre sigue siendo la única certeza en un municipio que lucha por sobrevivir a la violencia y desabasto.