Ante inseguridad y el periodo de inscripciones escolares han reducido la afluencia turística
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
La playa de Puerto Arista, conocida por su atractivo turístico en el municipio de Tonalá, enfrenta una crisis que afecta a los comerciantes locales. El presidente de la Unión de Restauranteros de Puerto Arista, René Rosalio, reportó una alarmante disminución en las ventas, al alcanzar solo entre el 25 y el 30 por ciento de su capacidad normal. Esta baja en las ventas refleja una serie de problemas que van más allá de la simple estacionalidad.
Uno de los factores cruciales es la actual situación económica, que limita el gasto de los turistas y visitantes. Sin embargo, Rosalio señaló que este fenómeno no es el único culpable. La inseguridad en la región también juega un papel fundamental en la caída de la afluencia. Los temores sobre la seguridad, tanto en la carretera de Tonalá a Puerto Arista como en las áreas circundantes, han disuadido a potenciales visitantes de disfrutar de las playas.
Además, el contexto socioeconómico también influye en la baja afluencia. En esta temporada, muchas familias están ocupadas con las inscripciones escolares y la compra de útiles y uniformes para sus hijos, lo que desplaza los planes de viaje y recreación. La combinación de estas circunstancias ha dejado a los restauranteros de Puerto Arista en una situación precaria, obligándolos a esperar hasta eventos como la Semana Santa o diciembre para una recuperación.
En medio de este panorama, Rosalio hizo un llamado a las autoridades estatales para una promoción más equilibrada de los destinos turísticos. En la actualidad, la atención del Gobierno deja a la Costa y sus atractivos en un segundo plano. Esta falta de promoción ha contribuido al estancamiento de las playas como destino turístico.
El desafío para Puerto Arista no solo radica en superar los obstáculos inmediatos, sino en construir una estrategia que combine seguridad, promoción y apoyo gubernamental. La revitalización de esta playa dependerá de un esfuerzo coordinado que permita a los restauranteros recuperar la vitalidad que una vez hizo de Puerto Arista un destino deseado para los visitantes y locales por igual.