Roberto Chanona
Anoche en una acalorada plática acerca de viajar, comentábamos, que a veces la falta de recursos económicos impide a las personas realizar esta actividad. Pero no estoy tan seguro de esto, creo que es importante, más no definitiva.
Hay que remarcar que nosotros no tenemos la cultura del viaje. He conocido gente que no conoce el mar, por ejemplo, Puerto Arista. También he conocido personas que se hinchan la boca diciendo que fueron a Grecia, y no conocen Bonampak, o Yaxchilán. También he conocido gente que se dice ser aventurera y no han subido al Triunfo y mucho menos al Sótano de la Lucha, o el Arco del Tiempo. Otros que presumen de conocer Europa y no conocen la Ruta del Café en el Soconusco. Como también conocí alemanes en la ciudad de Málaga, que regresaban a su país tirando el dedo y sin un céntimo en la bolsa.
Hace muchos años, cuando aún era joven, en una noche de copas, alguien me decía que de seguro yo viajaba porquetenía dinero. Y molesto le contesté: ¡No, señor, para viajar se necesitan dos cosas: ¡ganas y huevos!
Muchas veces tomamos el gusto del viaje porque en casa, nuestros padres nos llevaban de pequeños a lugares cercanos y más tarde, retomamos la ruta a lugares más lejanos. Pero sería bueno que en las secundarias organizaran excursiones para que el joven vaya tomando el gusto de trasladarse a lugares que no conocen y al mismo tiempo, ir ampliando su cultura en geografía, historia y costumbres.
Otro impedimento que hace que la gente no levante el vuelo es el idioma. Nosotros no tenemos la costumbre de aprender idiomas. O quizá, el inglés que nos dan en nuestros centros de enseñanza sea un poco deficiente. Pero estoy convencido que el problema es que empezamos demasiado tarde. Se debería implementar un idioma extranjero desde la primaria, o mejor, desde el kínder, porque los niños son como esponjas, absorben el conocimiento de una manera increíble.
Nosotros empezamos el inglés en la secundaria y ya estarde, porque pasaron los mejores años para aprender. Un muchacho de secundaria ya le da pena pronunciar mal yque se burlen de él. En Europa empiezan desde pequeños jugando, por eso cuando salen de la secundaria, ya hablan dos idiomas y en prepa llevan un tercero. Los holandeses y los belgas son un caso especial, la gran mayoría habla tres o cuatro idiomas; conocí gente que hablaba seis idiomas y algún dialecto. Entonces el idioma es una barrera natural que muchas veces impide levantar el vuelo. Ojalá que algún día cambie el programa de educación y logremos que nuestros niños empiecen a temprana edad, cuando menos en la primaria, a hablar inglés.
También es importante mayor información de los apoyos o becas para que los estudiantes puedan irse a estudiar al extranjero. Me acabo de informar que gracias a la labor del Sr. Pardo, cónsul de España, unos chicos de la UNACH lograron una beca para estudiar en España su maestría. Qué bueno, ojalá que otros chicos sigan el ejemplo y puedan levantar el vuelo. Y porque no, a otros países como por ejemplo Francia.
Sabía usted lector que, la universidad en Francia es gratuita y que un cuarto en la ciudad universitaria cuesta alrededor 250 euros mensuales y su alimentación, unos 300 euros al mes. Con 12 mil pesos, uno está del otro lado, lo que costaría mandar al hijo a la UNAM. Y no solo eso, el estudiante extranjero también tiene seguridad social (seguro Social) gratis, por el simple hecho de serestudiante. Y una serie de apoyos para la renta de la habitación, y descuentos en tren, transporte urbano, cine club, hostales y restaurantes universitarios. El requisito es una carta compromiso de solvencia y pasar el examen del idioma sea en Francia, o en la embajada de la Ciudad de México.
Lo que muchas veces nos falta es información adecuada y que los padres de familia se vayan desprendiendo de sus hijos, educarlos como si fueran solamente prestados. Que no sea un drama el que se tengan que ir a otro estado, o a otro país. Lo primero que piensan es que esos países son la perdición, y al saber qué vicios van a traer. Cuando aquí está la mera mata de la mota, la coca y un alcoholismo que cada día va en aumento de manera sorprendente. Lo que importa señores, son las bases y los ejemplos quenosotros, los padres, les demos a nuestros hijos; si las bases son sólidas, es difícil que nuestros hijos se echen a perder, aunque nada es seguro.
Para terminar, me gustaría recordar aquella frase que dice que los viajes ilustran y las palabras del filósofo Kant que decía: lo bello, es contemplativo; lo sublime desencadena las fuerzas de la naturaleza. Por eso, en mi experiencia,los viajes que siempre me han marcado son aquellosdonde la fuerza de la naturaleza está presente: la SelvaLacandona, el monte Sant Michel, atravesar en auto la bahía de Nueva Orleáns, Los Alpes Suizos, El Sótano de la Lucha, el Cañón de La Venta y espero, algún día, vivirlo suficiente para ver la aurora boreal.