La violencia y cierres viales han provocado desabasto y aislamiento
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La Sierra de Chiapas enfrenta una parálisis casi total por la violencia y los bloqueos carreteros que se han intensificado en los últimos días. Los habitantes de al menos ocho municipios ven sus vidas suspendidas en medio de la inseguridad, el desabasto de alimentos y la imposibilidad de desplazarse con libertad. La situación, que ya lleva más de10 días, refleja un escenario de abandono estatal y una creciente desesperación en las comunidades afectadas.
Los bloqueos, ubicados en tramos clave como Frontera Comalapa-Comitán, Amatenango de la Frontera y Chicomuselo, no solo interrumpen el tránsito, sino que también representan un control territorial ejercido por grupos delincuenciales. Las zanjas excavadas y las barricadas instaladas no son solo obstáculos físicos; son símbolos de la violencia que ha tomado el control de la región, mientras las autoridades parecen incapaces de actuar con eficacia.
La vida en municipios como Motozintla, Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo y Siltepec ha quedado en pausa. La falta de transporte público y la restricción del paso de vehículos han llevado a una escasez alarmante de alimentos y suministros básicos. Familias enteras están atrapadas en sus comunidades, aisladas por un conflicto que parece no tener fin y que ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de la región ante la delincuencia organizada.
Para los habitantes de la Sierra, los bloqueos no son solo un problema logístico, sino un golpe directo a su vida cotidiana y su seguridad. Los filtros de control instalados en puntos como Huixtla-Motozintla y Las Cruces se han convertido en fronteras que dictan quién puede moverse y quién no. Los pobladores han perdido el acceso a servicios esenciales, y el temor a represalias persiste.
Mientras tanto, la inacción de las autoridades ha dejado a las comunidades de la Sierra en una situación crítica. La incertidumbre crece con cada día que pasa, y los pobladores cuestionan su propia capacidad para resistir la violencia desbordada en la región.