Dicha medida llega tras el anuncio sobre la creación de un “corredor emergente para
movilidad segura”
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En Chiapas, frontera sur de México, más de 100 migrantes provenientes de Honduras,
Guatemala, Haití y otros países han comenzado a tramitar sus citas a través de la
aplicación “CBP One”, con la esperanza de obtener una fecha para solicitar asilo en
Estados Unidos. Esta medida llega tras el reciente anuncio del Gobierno de México
sobre la creación de un “corredor emergente de movilidad segura”, que pretende
facilitar el traslado de migrantes desde el sur del país hasta la frontera norte,
asegurando un proceso migratorio más ordenado y seguro.
Los migrantes, con sus citas confirmadas en mano, se formaron desde las 3:00 h en las
oficinas de regularización migratoria en Tapachula, Chiapas, para beneficiarse de esta
iniciativa. El guatemalteco Jaime Corzo, quien ingresó a México el pasado 04 de agosto,
logró conseguir una cita en apenas cuatro días, un tiempo récord que calificó como
“una bendición de Dios”. Melvin expresó que ha conocido a otros migrantes que llevan
hasta seis meses en México esperando una cita.
La nueva política se implementa en un contexto de creciente tensión migratoria, a solo
dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. La Oficina de Aduanas y
Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP, por sus siglas en inglés) había anunciado
previamente que, desde el 23 de agosto, los migrantes en Chiapas y Tabasco podrían
gestionar sus citas de asilo utilizando CBP One. Esta aplicación, lanzada en enero de
2023, ha permitido que más de 765 mil personas programen citas para solicitar asilo
en EE. UU., convirtiéndose en una herramienta clave para gestionar la creciente
demanda de refugio en la frontera suroeste de Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México prometió, el pasado sábado,
otorgar un permiso temporal de 20 días a los migrantes que ya tengan una cita
programada. En cumplimiento de esta promesa, el INM comenzó a atender a los
migrantes este lunes en sus oficinas de regularización en Tapachula. Entre los
solicitantes de asilo se encontraba Baltazar Molina Álvarez, un salvadoreño que se
registró junto a un grupo de 10 personas con la intención de transitar por México hasta
llegar a la frontera norte.
No obstante, a pesar de estas medidas, persiste la incertidumbre entre algunos
migrantes que, aunque ya tienen sus citas confirmadas, no saben si podrán llegar a
tiempo debido a la falta de recursos y a los retrasos en los trámites. La implementación
de esta nueva regla coincide con un esfuerzo por parte de los gobiernos de México y
Estados Unidos para evitar que los migrantes saturen la frontera común, donde la
detención diaria de indocumentados ha disminuido un 77 por ciento desde diciembre
de 2023, según datos de la Cancillería mexicana.
En un encuentro con representantes de agencias de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU), la canciller mexicana, Alicia Bárcena, anunció que el Gobierno de
México ofrecerá servicios de transporte a los migrantes que obtengan citas a través de
CBP One desde los estados de Chiapas y Tabasco. “Una vez que esas personas consigan
cita, las vamos a transportar a la frontera de EE. UU. con seguridad”, declaró Bárcena.
El Gobierno mexicano estima que podría transportar a unos mil 500 migrantes al día
hacia la frontera norte para que presenten sus solicitudes de asilo ante las autoridades
estadounidenses.
Este anuncio se enmarca en un contexto de creciente violencia en las regiones
fronterizas del sur de México, particularmente en el estado de Chiapas, donde la lucha
por el control territorial entre grupos del crimen organizado ha intensificado los
conflictos armados. La frontera de Chiapas con Guatemala es uno de los cruces más
importantes para los migrantes que desean ingresar a México y continuar su recorrido
hacia Estados Unidos. Sin embargo, también es una zona de alto riesgo, donde los
migrantes se enfrentan a amenazas constantes de extorsión, secuestro, trata de
personas y otros abusos por parte del crimen organizado.
LA CRUDA REALIDAD: “LA GALLERA” Y EL SUFRIMIENTO DE INDOCUMENTADOS
Una investigación reciente reveló la existencia de una cárcel clandestina conocida
como “La Gallera” en la frontera de Chiapas, específicamente en el ejido de Guadalupe
Victoria, en el municipio de Amatenango de la Frontera. Este lugar, descrito como una
jaula grande y techada, es utilizado por grupos criminales para retener a los migrantes
hasta que sus familias paguen un rescate. Se estima que la estructura es operada por
un grupo conocido simplemente como “El Cártel”, cuyos integrantes se movilizan en
motocicletas y camionetas.
Los migrantes, incluidos niños y niñas, son encerrados en esta prisión improvisada y
deben pagar mil 200 pesos para ser liberados. Las condiciones son inhumanas: los
adultos no reciben agua ni comida, y los menores de edad solo obtienen una ración
mínima de alimentos, que consiste en una cucharada de arroz y otra de huevo,
servidos directamente en las palmas de sus manos. Los migrantes que no pueden
pagar el rescate son obligados a realizar trabajo forzado, como cocinar para los demás
detenidos.
Uno de los migrantes que estuvo encarcelado en “La Gallera” detalló que, al ser
detenidos, los delincuentes les ofrecen una “ruta segura” hacia Tapachula a cambio de
200 pesos, pero en realidad son llevados a este sitio de confinamiento. Las mujeres
que no pueden pagar el rescate enfrentan la amenaza de ser liberadas solo a través de
trabajo sexual. Una vez liberados, los migrantes son transportados en taxis hasta la
plaza principal de Tapachula, desde donde continúan su camino hacia Estados Unidos.
La canciller Bárcena reiteró en su encuentro con la ONU que la ampliación del acceso a
la aplicación CBP One para incluir a los estados del sur de México es un “gran logro
diplomático” que fomenta una migración regular y ordenada hacia Estados Unidos.
Además, mencionó que se están estableciendo albergues temporales en la franja
fronteriza de México con Estados Unidos para recibir a los migrantes que sean
transportados desde el sur del país, mientras esperan la resolución de sus casos de
asilo.
El Gobierno mexicano también ha intensificado sus esfuerzos para combatir el tráfico
de personas y otros delitos relacionados con la migración. Las autoridades han
capturado a migrantes en el norte del país y los han enviado de regreso al sur, en un
intento por reducir la presión sobre la frontera norte y garantizar la seguridad de los
migrantes.
Si bien la creación del “corredor emergente de movilidad segura” y el uso de la
aplicación CBP One representan un avance significativo hacia la regulación del flujo
migratorio, la realidad es que estos esfuerzos son apenas un paliativo ante la magnitud
del problema. La presencia del crimen organizado, la corrupción, y las difíciles
condiciones en las que se encuentran los migrantes continúan siendo factores que
agravan la crisis humanitaria en la frontera sur de México.
Los migrantes siguen enfrentando un largo camino lleno de incertidumbres y peligros.
La promesa de un traslado seguro hacia la frontera norte es una luz de esperanza, pero
hasta que no se erradiquen los problemas estructurales que fomentan la violencia y la
inseguridad, el sufrimiento de quienes buscan un futuro mejor en Estados Unidos
seguirá siendo una dolorosa realidad.