Habitantes exigen a autoridades de salud acciones contundentes para mejorar la atención en el hospital local
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Las instalaciones del Hospital Juan Corzo en Tonalá, se han convertido en el epicentro de una creciente ola de indignación entre los habitantes locales, quienes denuncian un preocupante nivel de negligencia médica y falta de profesionalismo. Las quejas, encabezadas por Jessica Escobar Mendoza, destacaron la mala atención de los médicos, cuyas prácticas han dejado a muchas familias en una situación de incertidumbre y preocupación por la salud de sus seres queridos.
Los ciudadanos no solo se quejan del trato recibido, sino que también han descubierto una alarmante realidad: gran parte del personal médico del hospital carece de las credenciales necesarias para ejercer, como títulos y cédulas profesionales. Esta situación ha generado un sentimiento de vulnerabilidad entre los pacientes, quienes temen que su salud esté en manos de profesionales sin la formación adecuada para enfrentarse a situaciones médicas complejas.
Las acusaciones no se limitan a la falta de credenciales. Escobar Mendoza y otros afectados denunciaron además el incumplimiento de horarios por parte de los médicos, quienes, según los testimonios, llegan tarde a sus turnos e incluso son vistos fuera del hospital durante horas laborales. Esta percepción de abandono ha agravado la desconfianza y el malestar en una comunidad que depende de este hospital para su atención médica más urgente.
Ante esta situación, las familias exigen a las autoridades de salud la implementación de un programa de capacitación obligatorio para todos los médicos del hospital. Argumentaron que, al menos, esta medida podría elevar la calidad de la atención y garantizar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y oportuno.
Mientras la presión social aumenta, la comunidad de Tonalá espera una acción decisiva que priorice la salud de sus ciudadanos. La exigencia es clara: que aquellos que no estén dispuestos a cumplir con los estándares profesionales sean removidos, abriendo paso a médicos comprometidos y capacitados, que entiendan la relevancia de su rol en una sociedad que clama por una atención médica digna y segura.