Dicho fenómeno es como un fantasma acechante que recorre todo el mapa, sin distinción
PORTAVOZ/AGENCIAS
México llega al Día Mundial de la Prevención del Suicidio con un aumento en este tipo de muerte, una campaña cuyo impacto podrá apreciarse en un par de años y limitadas contrataciones públicas para atender la salud mental, el ámbito en el que este fenómeno es ubicado por las asociaciones de especialistas.
Reconocido como problema de salud pública por el Instituto Mexicano del Seguro Social, el suicidio se encuentra entre las causas por las que los mexicanos fallecen, al lado de padecimientos como los cardiacos, la diabetes mellitus, los tumores malignos, las enfermedades del hígado y la COVID-19. El mismo IMSS ha indicado que por cada suicidio consumado hay por lo menos 20 intentos.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es la entidad que ha aportado el panorama estadístico para este flagelo cuya prevención se conmemora hoy bajo la organización de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sus datos más recientes indicaron que si en 2017, la tasa fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes (unas seis mil 494 personas), para 2022, esa cifra fue de 6.3 (unas ocho mil 123 personas).
Aun con la alerta del crecimiento, se trata de un máximo histórico menor a la de algunos países que ha medido la OMS como Guyana, Corea del Sur y Sri Lanza que tienen tasas de 44.2, 28.9 y 28.8, cada uno. Hay naciones, según la misma organización, cuya incidencia ni siquiera llega a uno por ciento, entre las cuales están Siria con 0.4, Arabia Saudita con O.4 y Líbano con 0.9.
En el panorama presentado por el INEGI la población de 15 a 24 años tiene al suicidio como tercera causa de defunción en México. Las otras, para este grupo, son el homicidio y los accidentes. Los números, en ese rango de edad, también van en aumento. En 2016 la tasa fue de 6.9 por cada 100 mil habitantes y en 2022 ese índice subió a 7.7.
Los menores de 10 a 14 años, también mostraron proclividad a la muerte autoinflingida. En su caso, la tasa pasó de dos a 2.1 por cada 100 mil habitantes entre 2016 y 2022.
El suicidio es como un fantasma acechante en México que recorre todo el mapa, sin distinción. Las tasas más altas están en Chihuahua, Yucatán y Aguascalientes, en tanto que las más bajas se reportan en Oaxaca, Veracruz y Guerrero, de acuerdo con el INEGI.
EL ESFUERZO DEL GOBIERNO DE AMLO: MÁS DE 11 MDP
El esfuerzo gubernamental para contrarrestar el fenómeno, el año pasado, según el Sexto Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se basó en 14 campañas de prevención de las adicciones y promoción de la salud mental, lo cual tuvo un alcance de un millón 200 mil 800 personas.
Las campañas, realizadas entre noviembre y diciembre de 2023, estuvieron a cargo de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, creado por decreto el 29 de mayo de ese mismo año, como consta en el Diario Oficial de la Federación de ese día.
Una búsqueda de Reporte Índigo en los contratos de esa Comisión arrojó que esas campañas costaron en contratos públicos poco más de 11 millones de pesos. También, mediante ese rastreo, este diario encontró que el suicidio se difuminó entre los mensajes lanzados en el despliegue,dado que se unió al combate de las adicciones. Tanto que en los títulos de los contratos de la campaña, la frase “prevención del suicidio” no aparece.
DEPRESIÓN, EL PADECIMIENTO MAYOR ASOCIADO
Esos son los datos más recientes sobre una de las consecuencias que, según la OMS pueden tener algunas condiciones mentales como la depresión. El INEGI también lo plantea de esa forma. Su estudio demoscópico va acompañado de una encuesta sobre la satisfacción con la vida que se refiere al bienestar que las personas perciben con su existencia en general.
La depresión recorre los ámbitos laborales y sociales de México con un impulso mayor desde la pandemia de COVID-19. Las cifras oficiales dan cuenta de que el padecimiento está presente en la población con amenaza de crecer y sin que las cifras sean certeras dada la poca consulta médica.
El concepto de la OMS de ese malestar es que es un trastorno común de salud mental. Las características son una tristeza frecuente, falta de interés en los aspectos de la vida, incapacidad de la sensación del placer en actividades que antes fueron fuente de satisfacción, alteración del sueño y el apetito, cansancio y falta de concentración.
En 2021 el Gobierno mexicano reconoció que por lo menos 3.6 millones de personas adultas tenían depresión en México, de las cuales, el uno por ciento estaba integrado por “casos severos”, de acuerdo con un estudio de los Servicios de Atención Psiquiátrica.
La administración federal, que está por asumir este 1 de octubre con Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta,recibirá un sistema de atención a la salud mental con una transformación drástica en los años recientes orillada por los estragos de la pandemia de COVID-19
En 2022 el marco legislativo cambió. En abril la Ley General de Salud fue reformada y, por primera vez en la historia del país, fue reconocido que la atención a la salud mental debe ser universal y apegada a los derechos humanos.