Una reciente actualización del Gobierno estadounidense incluye por primera vez al estado en su lista de alta peligrosidad
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
El reciente informe anual del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre alertas de viaje ha marcado un giro significativo en la evaluación de la seguridad en México, con Chiapas emergiendo como una de las entidades más preocupantes. Por primera vez, este estado ha sido incluido en la lista de regiones que requieren especial consideración, un reflejo alarmante del deterioro de la seguridad en la región.
Desde la última actualización, el Departamento de Estado ha mantenido su advertencia para varias entidades mexicanas con altos índices de violencia y crimen. Sin embargo, la inclusión de Chiapas en este grupo reveló una intensificación de las preocupaciones sobre la delincuencia en el estado, particularmente en áreas más vulnerables a actividades delictivas. Las recomendaciones son claras: los viajeros deben reconsiderar sus planes de visita debido a un aumento de la violencia.
En un contexto donde el Gobierno estadounidense limita los movimientos de sus empleados en México, Chiapas se destaca por la severidad de estas restricciones. La prohibición de viajar después del anochecer y la limitación de movilidad en las autopistas y carreteras fronterizas, con excepción de Tapachula, subrayan la gravedad de la situación.
Además de las restricciones impuestas, el informe destacó que los servicios de emergencia locales en México son limitados fuera de las principales ciudades, una situación que afecta a los ciudadanos estadounidenses en caso de incidentes. En Chiapas, la limitada cobertura en áreas rurales y la alta tasa de criminalidad contribuyen a la inquietud creciente entre los residentes y los visitantes potenciales.
La inclusión de Chiapas en esta lista negra no solo pone en evidencia la creciente preocupación por la seguridad en la región, sino también la necesidad urgente de soluciones efectivas para mitigar los riesgos asociados. Las autoridades locales y federales deben colaborar para abordar las causas subyacentes de la violencia y trabajar en estrategias que garanticen un entorno más seguro para todos los ciudadanos y visitantes.