300 millones de pesos destinados a infraestructura están en el aire, mientras crecen las sospechas por malversación
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Altamirano enfrenta una crisis de gobernabilidad y corrupción tras las acusaciones del exsíndico Gabriel Montoya Oseguera. Según Montoya, más de 300 millones de pesos destinados a obras públicas han desaparecido sin dejar rastro. La denuncia expone una alarmante falta de transparencia en el manejo de recursos, que, podrían haber sido desviados para financiar campañas políticas y enriquecimiento personal.
El conflicto comenzó a gestarse a finales de 2023, cuando Montoya y otros concejales renunciaron tras observar irregularidades en la administración. La presidenta del Concejo, María López, junto con su esposo y el tesorero, según Montoya, son los presuntos responsables de la desaparición de 43 millones de pesos destinados a obras ya contratadas. Este desvío de recursos se produjo a pesar de que el Concejo aún recibía dinero del Fondo para la Infraestructura y del Fondo General, al acumular un total de más de 300 millones de pesos.
El exsíndico también ha acusado a López de usar entre ochoy 10 millones de pesos para apoyar la campaña del Partido del Trabajo en Altamirano, que llevó a Gaspar Sántiz Jiménez a la alcaldía. Esta supuesta malversación de fondos no solo ha generado un vacío en la ejecución de obras, sino que también ha desencadenado un conflicto social en la región.
Montoya se ha deslindado de la responsabilidad en los recientes actos de violencia en Altamirano, al señalar que su ausencia física en la región durante meses busca evitar que se le involucre en estos eventos. En cambio, ha responsabilizado al nuevo alcalde electo y a líderes locales de los recientes desplazamientos y agresiones, exigiendo una investigación exhaustiva por parte de las autoridades estatales y federales.
El caso de Altamirano resalta la necesidad urgente de una auditoría y de medidas correctivas en la gestión de recursos públicos. La corrupción y el desvío de fondos no solo afectan la infraestructura y el desarrollo de la región, sino que también contribuyen al deterioro del tejido social.