Indigentes y delincuentes ocupan áreas abandonadas, lo que agrava la situación de inseguridad
local
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En la recta final de la administración municipal de Tapachula, una creciente preocupación invade a
los habitantes: el alarmante deterioro y abandono de los espacios públicos. Con un 90 por ciento
de parques, áreas verdes, zonas de esparcimiento familiar, banquetas y bulevares en condiciones
deplorables, la ciudad enfrenta un panorama desalentador, resultado de la falta de
mantenimiento por parte de las autoridades encabezadas por la edil sustituta, Pánfila Gladiola
Soto.
La situación es crítica en colonias como Solidaridad 2000, donde el parque local se ha convertido
en olvido gubernamental. Lo que antes era un punto de encuentro para niños, jóvenes y personas
de la tercera edad, hoy es un lugar desierto y oscuro, donde el miedo ha reemplazado a la
recreación. Las familias evitan salir al parque por las noches debido a la inseguridad y la ausencia
de alumbrado público.
El activista y vecino de la zona, Luis Alberto Soto, denunció la inacción de las autoridades
municipales. “Hemos entregado numerosos oficios para solicitar el mantenimiento de estos
espacios, pero nunca recibimos respuesta”, lamentó. La falta de interés se evidencia en el
deterioro de los juegos infantiles, la vegetación descontrolada y la basura acumulada, mientras el
peligro crece en cada rincón.
La falta de atención no solo afecta la calidad de vida de los residentes, sino que también ha
generado un ambiente propicio para la delincuencia. En la colonia Solidaridad 2000, las áreas
públicas abandonadas se han transformado en refugios para indigentes y migrantes,
contribuyendo a un incremento en los asaltos, robos y la presunta venta de drogas. La ausencia de
una respuesta municipal agrava el sentimiento de inseguridad entre los ciudadanos.
A tan solo unos días de que concluya la administración actual, los vecinos exigen medidas
inmediatas para recuperar estos espacios. Mientras tanto, el temor y la desconfianza hacia las
autoridades continúan creciendo, y Tapachula, una ciudad que alguna vez prosperó con sus
parques y áreas verdes, se enfrenta a la incertidumbre de un futuro cada vez más incierto.