Estos ejercicios permiten identificar áreas seguras y procedimientos de evacuación más efectivos
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Ayer, jueves 19 de septiembre se llevó a cabo el Simulacro Nacional 2024, un ejercicio diseñado para fortalecer la capacidad de respuesta ante desastres naturales, especialmente sismos. La hipótesis en esta ocasión fue un terremoto de magnitud 7.5 con epicentro en Acapulco, Guerrero, escenario que busca preparar tanto a la ciudadanía como a las instituciones para actuar de manera rápida y efectiva en situaciones de emergencia.
En Chiapas, el Sistema Estatal de Protección Civil, en conjunto con la Protección Civil municipal de Tuxtla Gutiérrez, se sumó activamente a esta iniciativa. Tanto en la capital como en diversas localidades del estado, edificios públicos y privados participaron en el simulacro, evaluando y poniendo a prueba sus protocolos de emergencia. Septiembre, al conmemorar eventos sísmicos históricos como los ocurridos en 1985 y 2017, es el mes clave para la realización de estos ejercicios, que resultan esenciales para ajustar las medidas de seguridad y fortalecer la cultura de prevención en el estado.
Chiapas, ubicado en una de las zonas de mayor actividad sísmica del país, ocupa el tercer lugar a nivel nacional en frecuencia de movimientos telúricos, solo superado por Guerrero y Oaxaca. Su ubicación geográfica y características geológicas lo hacen particularmente vulnerable a sufrir terremotos de gran magnitud. Por ello, la preparación ante sismos se ha vuelto una prioridad tanto para las autoridades estatales como para los ciudadanos.
Durante el simulacro, la alerta sísmica se activó en múltiples edificios de Tuxtla Gutiérrez y otros municipios, movilizando a la población para llevar a cabo acciones de evacuación y revisión de medidas de seguridad. En el Palacio Municipal, el personal del ayuntamiento participó activamente, demostrando el compromiso de las autoridades locales en la prevención de desastres.
Sin embargo, a pesar de la importancia de estos ejercicios, persiste un desafío considerable en términos de sensibilización ciudadana. Según el secretario de Protección Civil municipal de Tuxtla Gutiérrez, Eber Mancilla, solo el 60 por ciento de la población participó en el simulacro, una cifra que evidencia la necesidad de reforzar los esfuerzos para inculcar una verdadera cultura de prevención. “Aunque se han realizado campañas continuas para educar a la ciudadanía sobre la importancia de la prevención de riesgos, aún enfrentamos resistencias. Es vital que la población entienda que su participación es clave para reducir las pérdidas humanas y materiales en caso de un sismo real”, señaló Mancilla.
El bajo nivel de participación preocupa a las autoridades, dado que Chiapas es una región propensa a sismos de gran magnitud. La falta de involucramiento de un porcentaje considerable de la población implica un riesgo mayor en términos de pérdidas y daños en caso de un desastre natural. Mancilla subrayó que, si bien las instituciones están preparadas y trabajan en el perfeccionamiento de sus protocolos, es indispensable que la ciudadanía colabore y participe activamente en estos ejercicios.
El Simulacro Nacional 2024 no solo evaluó la capacidad de respuesta de las autoridades y la población, sino que también puso en evidencia las áreas que requieren mejora. La evaluación de los resultados del simulacro servirá como base para el desarrollo de nuevas estrategias que impulsen una mayor participación en futuros ejercicios y en la creación de una sociedad más resiliente.
Este tipo de simulacros son una herramienta vital no solo para las instituciones de protección civil, sino para todos los ciudadanos. No basta con que las autoridades estén preparadas; la responsabilidad de mitigar los daños y salvar vidas recae también en la población. Es crucial que los habitantes de Chiapas tomen conciencia de la importancia de estos ejercicios, especialmente en una región donde la naturaleza puede cobrar vidas y destruir comunidades en un instante.
En este sentido, el reto no solo radica en implementar más simulacros, sino en lograr que toda la población los tome en serio. Para alcanzar este objetivo, el Gobierno estatal y municipal deberán intensificar sus campañas de concientización y diseñar estrategias innovadoras que incentiven la participación ciudadana. Esto incluye el uso de plataformas digitales, la colaboración con escuelas y universidades, y la implementación de campañas más visibles en zonas vulnerables.
En conclusión, el Simulacro Nacional 2024 representó una oportunidad crucial para que las autoridades y la población chiapaneca evaluaran su capacidad de respuesta ante sismos. A pesar de que el 60 por ciento de la población participó, queda claro que aún hay mucho trabajo por hacer en términos de educación y concientización. La preparación ante desastres no es una opción, sino una necesidad urgente para garantizar la seguridad y el bienestar de todos. Como sociedad, es fundamental que nos involucremos más activamente en estos ejercicios, puesto que en situaciones de emergencia, cada segundo y cada acción cuentan.
En lo que va del año, el estado de Chiapas ha registrado dos mil 416 sismos, situándose en el tercer lugar a nivel nacional en cuanto a actividad sísmica. De acuerdo con cifras proporcionadas por la Secretaría de Protección Civil, a nivel nacional se han registrado un total de 22 mil 022 sismos, con Chiapas solo por detrás de Oaxaca y Guerrero. Estos últimos estados concentran el 10.972 por ciento de la actividad sísmica en el país, lo que reafirma la naturaleza sísmica de la región sur de México.
La posición de Chiapas en el ranking de actividad sísmica no es sorprendente, considerando las características geográficas de la entidad. Situada sobre varias fallas tectónicas y cercana a la zona de subducción del Pacífico, la actividad sísmica es constante. La Secretaría de Protección Civil del estado mantiene un monitoreo constante para alertar a la población en caso de eventos de mayor magnitud. El último sismo registrado en Chiapas tuvo lugar el 17 de septiembre a las 03:00, con epicentro al noroeste de Cintalapa y una magnitud de 4.0 grados en la escala de Richter.
Ante esta realidad, el Gobierno del estado de Chiapas, a través de la Secretaría de Protección Civil, ha emitido recomendaciones a la población para que se mantenga informada a través de los canales oficiales y evite la propagación de rumores o información falsa, especialmente en redes sociales. Es fundamental que las personas cuenten con un plan de contingencia familiar y que sigan las recomendaciones emitidas por las autoridades. Entre estas sugerencias se encuentran la creación de un plan de protección civil familiar y la preparación de una mochila de emergencia que contenga artículos esenciales, como agua potable, alimentos no perecederos, linternas y un botiquín de primeros auxilios.
La importancia de mantenerse informado a través de fuentes oficiales ha sido subrayada no solo por la Secretaría de Protección Civil del estado, sino también por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). En un contexto de alta actividad sísmica, es crucial que la población actúe con responsabilidad y evite difundir información no verificada, que solo genera pánico y desinformación.
En situaciones de sismos importantes, tanto la Secretaría de Protección Civil como el Cenapred recomiendan tomar las siguientes medidas para minimizar riesgos:
– Antes del sismo: Es fundamental preparar un plan de protección civil, organizar simulacros de evacuación en casa, escuela o lugar de trabajo, y localizar las zonas de seguridad en estos espacios. La mochila de emergencia, que debe estar siempre lista, debe incluir documentos importantes, ropa, agua y alimentos para al menos 72 horas.
– Durante el sismo: La recomendación principal es mantener la calma y resguardarse en un lugar seguro, lejos de objetos que puedan caer, como ventanas, espejos, y muebles altos. Si te encuentras en un vehículo, estaciónate en una zona segura, alejada de edificios, árboles o postes. Si estás cerca de la costa, es importante alejarse de la playa para evitar el riesgo de tsunamis.
– Después del sismo: Es esencial revisar la vivienda o lugar donde te encuentres en busca de daños estructurales y posibles fugas de gas antes de encender cualquier fuego. No se debe utilizar el teléfono móvil a menos que sea para emergencias, y es necesario estar preparado para posibles réplicas.
La Secretaría de Protección Civil también recomienda realizar simulacros periódicos de evacuación, sobre todo en escuelas y centros de trabajo, para que la población esté preparada en caso de una emergencia real. Estos ejercicios permiten identificar las áreas seguras y los procedimientos de evacuación más efectivos, además de reducir el pánico ante un evento sísmico.
Chiapas ha sido históricamente una zona vulnerable a los sismos debido a su ubicación geológica. Sin embargo, el fortalecimiento de las instituciones de protección civil y el incremento en las campañas de prevención han permitido a la población estar más preparada. A nivel nacional, Oaxaca y Guerrero lideran en actividad sísmica, pero Chiapas no se queda atrás, siendo una de las entidades más afectadas por estos fenómenos naturales.
El estado ha experimentado en el pasado movimientos telúricos de gran magnitud, como el terremoto del 7 de septiembre de 2017, que afectó gravemente a la región y dejó daños considerables en la infraestructura, así como cientos de personas damnificadas. Este evento sirvió como recordatorio de la importancia de estar preparado y seguir los protocolos de emergencia establecidos por las autoridades.
La frecuencia de los sismos en Chiapas subraya la necesidad de una constante preparación y monitoreo. Las autoridades estatales han insistido en que no se puede predecir con exactitud cuándo ocurrirá un sismo, pero la población puede y debe estar preparada para enfrentarlos. A través de campañas de concientización y la promoción de medidas preventivas, se busca reducir el impacto de estos fenómenos naturales en la vida de los chiapanecos.
Finalmente, el llamado de las autoridades es claro: la prevención es la mejor herramienta para mitigar los efectos de un sismo. La educación sobre cómo actuar antes, durante y después de un evento sísmico es fundamental para salvar vidas y proteger a las comunidades. Las autoridades continuarán con el monitoreo y las medidas preventivas, pero es responsabilidad de cada ciudadano mantenerse informado y preparado.