La Policía Cibernética ha registrado un aumento significativo de casos en esta nueva modalidad
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Las aplicaciones de préstamos ilegales han encontrado un nuevo terreno para estafar a quienes buscan soluciones financieras rápidas. A través de permisos aparentemente inofensivos en los dispositivos móviles, los estafadores acceden a información personal que luego utilizan para extorsionar a los usuarios, aprovechándose de su vulnerabilidad.
El proceso comienza cuando el usuario, en su necesidad urgente de dinero, instala una de estas aplicaciones. Lo que parecen ser recordatorios amistosos de pago se convierten en amenazas directas. Los prestamistas ilegales utilizan fotos editadas y mensajes alarmantes dirigidos no solo al prestatario, sino también a sus contactos, lo que termina por generar un impacto emocional devastador.
Las víctimas, atrapadas entre la urgencia económica y el temor a la exposición pública, a menudo terminan por pagar sumas exorbitantes, que pueden multiplicarse hasta 10 veces el monto del préstamo original. Este abuso emocional y financiero crea un ciclo del que es difícil escapar, lo que deja a muchas personas en una situación aún más precaria.
La Policía Cibernética de Chiapas ha registrado un aumento preocupante de estos casos, con al menos 14 denuncias desde 2022. Sin embargo, se estima que muchas más víctimas no se atreven a denunciar por miedo a la vergüenza o a represalias. Los expertos advierten sobre la importancia de verificar siempre la legitimidad de las empresas prestamistas y de leer los permisos solicitados por las aplicaciones.
Este fenómeno subraya cómo la tecnología, si bien facilita muchas transacciones, también ha abierto la puerta a nuevas formas de crimen organizado. La necesidad de educación digital es urgente, para que más personas puedan identificar estos riesgos y protegerse de caer en manos de delincuentes que disfrazan su actividad como servicios financieros legítimos.