Un álbum conceptual que transforma emociones profundas en una experiencia musical envolvente
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El 2023 marcó un momento clave en la trayectoria artística de Lydia Martín. Con su cuarto proyecto, La Noria, la cantante española no solo demostró su capacidad para reinventarse, sino también para ampliar los límites de cómo consumimos y entendemos la música en la era digital. La Noria, más que un álbum, es una experiencia conceptual que mezcla emociones profundas con una narrativa envolvente.
La Noria no es un disco convencional; es un trabajo que aborda el duelo y la superación desde una perspectiva artística, el cual toma las emociones negativas y las transforma en una herramienta de autoconocimiento. Para Lydia, las emociones, incluso las más oscuras, tienen un potencial liberador. El álbum recorre un viaje de aceptación, resiliencia y renacimiento, acompañado de una producción cuidada que cuenta con colaboradores de renombre como KUVE, Raúl de Lara, y Emilio Esteban, quienes contribuyen a darle a cada canción una textura única.
El lanzamiento en octubre del 2023 fue un evento que reflejó el impacto emocional que La Noria tenía sobre los asistentes. Con una sala llena, Lydia presentó su “obra más poderosa”, un proyecto que, según ella, cierra un ciclo emocional y personal. Este no es simplemente un nuevo disco para la cantante, sino un ejercicio de sanación y un recordatorio de que, en la vida, todo es cíclico.
Al final, La Noria no es solo un conjunto de canciones, sino una invitación a la introspección. Lydia Martín ha encontrado una manera única de conectar con su público a través de una narrativa emocional. El proyecto deja claro que la artista no solo ha evolucionado a lo largo de su carrera, sino que está comprometida a seguir rompiendo barreras creativas.
Este álbum lo liberaste en 2023. Cuéntame un poco sobre ello. “Es correcto, es un full álbum compuesto por 10 temas, cinco de ellos son preludios y la otra mitad son canciones. Lo lancé entre septiembre u octubre del año pasado, pero empezamos a subir los singles desde 2022, o sea, todo ha sido como algo cíclico. Hemos sacado el disco en las mismas fechas que publicamos la primera canción, por eso se llama ‘La Noria’ y después de un año de trayectoria en España, decidimos compartirlo en México”, contestó.
¿Qué te llevo a tomar la decisión de empezar a promocionar tu música fuera de tu país y en específico México? “Lo de México lo tenía pendiente desde hace mucho tiempo, de hecho, te voy a confesar, que tengo una novela publicada, que se llama Puzle que habla de personas que cumplen su sueño yéndose a otro país y justo ayer hablaba con una de mis mejores amigas, donde recordábamos el final del libro, el cual consistía en que uno de los personajes quiere llevar su música a México. Entonces, es muy bonito darme cuenta que esa idea ya la tenía desde hace algunos años”.
“La iniciativa la tuve desde 2020, pero se vino la pandemia y eso complico un poco las cosas. Además, desde el primer disco que publiqué me decían que mi mercado se encontraba en América Latina y que países como México valorarían mi música porque es un estilo intenso con tendencias al pop rock, con mucha esencia de autor. Aquí en España, las letras con significado están perdiendo empuje y en cambio allá aprecian más el drama y el realismo”, explicó.
Tengo entendido que también eres periodista y que en paralelo has decidido desarrollar una carrera musical. ¿A qué edad surgió este gusto por la música? “Desde los seis años me he estado subiendo a un escenario, es decir, que la música era un talento que me venía desde muy pequeñita. Ahí me ponían canciones en casa y yo imitaba a las cantantes. Recuerdo la sensación de bajarme de una presentación y descubrir que me gustaba mucho esa adrenalina”.
“Al ser tan joven depende mucho del impulso que te de tu familia y la mía no era referencia en esta industria. Tal vez, había algunos instrumentistas, pero no hay voces, no hay solistas. Entonces, era como el miedo que tenía mi núcleo familiar de que, si yo era artista, ya no estudiaría y digamos que se me limitó un poco el apoyo. Tiempo después, se percataron que podía generar dinero con ello y que no habían potenciado eso en mí, sabiendo que ellos me apuntaron en casi todas las ramas del arte como pintura, ballet, teatro, menos música. Por lo tanto, les dije a mis padres que eso era importante para mí y que les demostraría de lo que sería capaz con este talento que traigo de cuna”, recordó.
¿Cómo fue este proceso de encontrar tu propio estilo y voz? “Es un proceso complicado cuando inicias por imitar a otros artistas y durante este camino he hecho proyectos de cantar con otras personas. Lo que más me fastidiaba tal vez era que me compararán con artistas como La Oreja de Van Gogh y Amaral, que en realidad son mis dos referentes, pero al hacerlo no me sentía auténtica”.
“La búsqueda de mi voz todavía continua, creo que ‘La Noria’ me ayudó a encontrarme a mí misma. Esto es el trabajo más maduro que he hecho hasta ahora, son canciones que representan mis pensamientos y mi guerra interior; esa cabeza que no para de pensar y reflexionar cosas y conclusiones, que a la vez se automotiva a seguir, todo eso encajó en este álbum. Entonces yo creo que mi voz o quién soy o quién quiero ser dentro de la música lo he encontrado en este último trabajo que también me ha permitido hacer lo que me da la gana”.
“Ahora estoy en una fase en la que aquí en España para triunfar en la música tienes que abandonar las letras complejas o los ritmos pop, tienes que irte a un estilo más dance o más urbano. Yo incluso tengo el objetivo de llegar alto con mis propias canciones y eso te quita la presión de triunfar, de llegar, de tener que sonar en 40 Principales. Entonces, pues es como soltar un poco esa ambición que te limita y permitirte fluir. Lo que sí puedo asegurar es que he encontrado el modo en el que quiero vivir la música”, respondió.
¿Cómo viviste el proceso creativo de “La Noria”? porque considero que aterrizar ideas y hacerlas tangibles es una de las cosas más complejas que existen en el mundo creativo. “El proceso fue bastante curioso porque antes de pandemia yo tenía una vida muy ajetreada y esto nos hizo parar. Entonces aproveché ese tiempo para tocar la guitarra, empezar aprender un poco, a tocar notas a decir voy a probar por aquí y ahí sale una canción que titulé ‘Ay, amor’, y la dejé ahí en el cajón. Luego, escribí mi primera canción 100 por ciento a guitarra que fue ‘Tragos Amargos’ y claro, ‘Ay Amor’, llega al estudio y se convirtió en ‘La Noria’ y ‘Tragos Amargos’ en el capítulo 4”.
“Yo tenía una canción que sabía que era buena, pero no tenía idea de cómo iba acabar esto, después de tres discos tampoco pensé que haría un cuarto. Así que yo me propuse empezar a escribir canciones sin saber cuál vendría después, me inspiré en artistas como Rosalía, que con ‘El Mal Querer’ hicieron esto de los capítulos y me pareció una idea muy buena porque quería unificar la parte de escritora, músico e inteligencia emocional que me conforman como especialista en estas materias en un solo trabajo”, detalló.
¿Cómo explicarías la delgada línea que existe en la música en esos momentos donde todo es alegría y aquellos instantes donde sirve como acompañante de experiencias amargas? “Pues es un proceso que en mi caso me tomó un año de composición, pero cada uno de los capítulos de mi álbum me ha servido para sanar aquellos momentos complicados de mi vida. Al componer una canción me dejo llevar por la emoción e incluso he llorado en ese trayecto. Ahora canto y siento una sensación distinta. En consecuencia, esa delgada línea es complicada de explicar, pero estoy segura que la música te ayuda a sanar, a abrirle la puerta a tus emociones, tu corazón y te permites sentir de una forma muy potente”, afirmó.
La Noria es un proyecto bastante conceptual que toca temas importantes como el duelo, pero ¿qué has aprendido sobre esto en tu carrera musical? “He aprendido que con perspectiva todo es más fácil, hay un proceso que llamo el mientras, que es entre que nos ponemos un objetivo hasta que lo cumplimos y ese mientras es la mayor parte de nuestros procesos de vida, es decir, tenemos mucha ansiedad por conseguir algo o por llegar a ese sueño y descuidamos el camino hasta llegar ahí”.
“Entonces, yo soy más de hacer conciertos, no me gusta tanto el estudio de grabación porque al final hay que repetir muchas veces y eso lo hace bastante monótono, no es algo que se me haga divertido. En este disco, me planteé no tener prisa, solo quise disfrutar la etapa, permitirme sentir y que la vida me sorprendiera. Decidí soltar el control, fue algo increíble y es cierto que cuando las emociones son tan intensas acabas el proceso un poco exhausto; el parar la gira de ‘La Noria’ antes de verano fue algo difícil, pero ahora estoy enfocada en México con la intención de vivirlo al máximo y agradecida con este proyecto que es mi vida ahora”, aseguró.
Estas a meses de llegar a México, el cual es un logro personal y profesional bastante importante para ti, pero ¿cómo ha sido tu viaje musical desde tus inicios hasta la actualidad? “Es un viaje lleno de va y vienes, es una noria, es muy fácil estar abajo y querer tirar la toalla. También es muy fácil, que después de un concierto te vengas arriba y después de culminarlo te sientes Dios y a los dos días te viene como un bajón, es un ámbito tan complejo, tan competitivo. En España ya no existe la industria, hay dos o tres sellos que lo controlan todo y si no vas con esas grandes casas es muy complicado triunfar”.
“Todo este proceso me ha creado mucho agobio, he tenido muchas crisis, he pensado dejar la música en muchas ocasiones y al final lo que hago es compatibilizar con cantar canciones de otros artistas que lo hago a mucha honra. Al final entendí que el éxito no es sonar en las radios, llenar venues de 10 mil personas, sino poder vivir de tu trabajo, es algo que tengo muy interiorizado”, reveló.
¿Qué ha significado para la música a lo largo de tu vida? “Ha sido mi motor y yo no sé vivir sin música. No sé la cantidad de canciones que tengo almacenadas en mi cabeza porque cada situación tiene una canción ahora, cuando escucho una canción que veo que transmite tanta, verdad, aunque no es el momento me tiró como tres o cuatro días escuchándolas en bucle sin parar. Entonces todo momento de mi vida tiene una canción que me ayuda a soltar la emoción y también a entenderla y celebrarla; sin toda esa música no puedo imaginarme, o sea, la vida de Lydia sería muy aburrida”, finalizó.