Con 10 años de promesas vacías y trámites interminables, su situación laboral se vuelve cada vez más precaria
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En Chiapas, más de 200 docentes interinos de secundaria se han quedado sin el pago de sus salarios durante la última década. Esta situación es el resultado de una serie de incumplimientos por parte de las autoridades educativas, quienes no han logrado saldar una deuda que, según estimaciones, podría alcanzar los 500 millones de pesos. Este desfalco no solo es un problema financiero; también refleja una falta de compromiso con la educación en el estado.
El representante de los maestros, Diego Alejandro Solís Grajales, destacó que desde 2013 han cubierto horas en escuelas de nueva creación sin recibir el pago correspondiente. Las complicaciones administrativas han sido una constante en su lucha, que se ha visto agravada por el cambio de titulares en la Secretaría de Educación. A pesar de presentar la documentación requerida en múltiples ocasiones, la respuesta ha sido insuficiente.
Los interinos han intentado hacer frente a esta situación a través de censos y solicitudes de información, pero sus esfuerzos han sido en vano. El ciclo educativo ha pasado y con él, sus propuestas se han acumulado sin que se reconozca su trabajo. La falta de pago se traduce en una desmotivación que afecta tanto a docentes como a estudiantes. Este estado de incertidumbre impacta a los educadores y a las generaciones futuras.
El sistema educativo chiapaneco se encuentra en una problemática. Las políticas educativas deben adaptarse a la realidad de los docentes interinos, que se han convertido en una pieza esencial para el funcionamiento de las escuelas. Sin un enfoque que reconozca sus aportes y garantice sus derechos, la educación en la región corre el riesgo de deteriorarse aún más.
La deuda con los docentes interinos de Chiapas no es solo un asunto de números; es un problema que requiere atención urgente. Es imperativo que las autoridades educativas actúen con responsabilidad y transparencia, al asegurar que quienes han dedicado años al servicio educativo sean compensados de forma adecuada. La falta de pago no solo afecta a los trabajadores, sino que también repercute en el futuro de la educación en Chiapas.