Los sindicatos enfrentan un panorama complicado debido a nuevas reformas laborales y la
llegada de indocumentados
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La mano de obra extranjera ha cambiado el panorama laboral en el sector de la construcción en
Chiapas. El secretario general de la Confederación Obrera Revolucionaria (COR), Teodoro Vázquez
Castillo, alertó sobre cómo la llegada de trabajadores migrantes desplazó a los albañiles locales. La
situación es crítica, dado que las constructoras prefieren contratar a migrantes, atraídas por la
posibilidad de pagar salarios bajos y evadir responsabilidades laborales.
El efecto de esta preferencia se siente en las comunidades chiapanecas, donde la ausencia de
empleo local fuerza a muchos a buscar oportunidades en otros estados o incluso al extranjero.
Vázquez Castillo estimó que hasta un 80 por ciento de los trabajadores de la construcción en
Tapachula y la región Soconusco se ven afectados, lo que plantea serias preguntas sobre la
sostenibilidad de la economía local y la justicia social en el ámbito laboral.
Las constructoras, incentivadas por un entorno donde pueden contratar a trabajadores
extranjeros sin mayores compromisos, crean un ciclo de explotación. Los migrantes, aunque
también tienen necesidades, perciben salarios bajos y son sometidos a largas jornadas laborales.
Este cambio en la dinámica laboral ha dejado a los trabajadores mexicanos sin oportunidades y
con pocas opciones de reivindicación.
La falta de regulación y supervisión gubernamental han permitido que las constructoras sigan con
este modelo de trabajo. La preocupación de Vázquez es tangible, debido a incidentes recientes,
como el accidente de dos migrantes en una obra en Tapachula, donde la constructora se lavó las
manos al no asumir responsabilidad.
Con la nueva reforma laboral, las restricciones a los sindicatos se han intensificado, esto complica
aún más la posibilidad de protestar o negociar. Vázquez concluye que la situación es insostenible y
requiere atención inmediata por parte de las autoridades para garantizar que la mano de obra
local no sea olvidada en favor de prácticas laborales injustas.