Este manantial, ubicado cerca de la planta potabilizadora, es clave para supervivencia local
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La reciente crisis de agua en Tapachula ha llevado a decenas de familias a buscar alternativas para abastecerse, convirtiendo a El chorrito, una vertiente natural, en un refugio esencial. Tras ocho días sin suministro de agua potable debido a daños en las tuberías ocasionados por las lluvias, este manantial se ha mantenido como una fuente vital que permite a los residentes conseguir el líquido vital sin costo alguno.
Habitantes que visitan El Chorrito de manera diaria, expresaron su agradecimiento por este recurso. “Aquí, al menos, no pagamos nada. En cambio, un tinaco de mil 100 litros puede costar hasta 400 pesos”, comentaron. Esta dinámica resalta la importancia de contar con fuentes de agua alternativas, en especial en momentos de crisis. La búsqueda de agua se convierte no solo en una necesidad, sino en una lucha por la supervivencia económica de las familias.
La llegada masiva de personas a la vertiente también plantea un desafío significativo: la conservación del entorno natural. Con el aumento del tráfico humano, es crucial que los usuarios se comprometan a mantener el lugar limpio y libre de contaminación. La comunidad ha tomado conciencia de que el cuidado del manantial es vital para asegurar que siga siendo un recurso accesible y seguro. “Todos los días, desde temprano, venimos a llenar nuestros recipientes. Debemos cuidar este lugar”, subrayaron.
Este episodio de desabasto de agua pone de manifiesto la fragilidad de la infraestructura hídrica en la región. Mientras las autoridades trabajan para reparar los daños, la experiencia de El Chorrito recuerda la necesidad de soluciones sostenibles. La dependencia de fuentes naturales podría ser una alternativa viable, pero también conlleva riesgos en términos de salud pública y seguridad del agua.
En última instancia, el acceso al agua es un derecho fundamental que debe ser protegido y garantizado para todos. La historia de El Chorrito no solo es un relato sobre la escasez de agua, sino un llamado a la acción para que las autoridades y la comunidad trabajen en conjunto en la preservación de los recursos naturales y en la mejora de la infraestructura necesaria para asegurar que cada hogar en Tapachula tenga acceso al agua potable.