La acumulación de basura y zancudos son solo algunos problemas denunciados
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En la antesala de las festividades Día de Muertos, el Panteón Jardín San Marcos, el segundo más importante de Tuxtla Gutiérrez, se ha convertido en un punto crítico de preocupación para la comunidad. Los habitantes hacen un llamado urgente a las autoridades para que se realice una limpieza efectiva del lugar, el cual se encuentra en un estado deplorable, con un alto riesgo sanitario debido a la proliferación de zancudos.
Los ciudadanos han expresado su descontento al señalar que, a pesar de que cada año se paga por los servicios del panteón, la administración parece desentenderse de sus responsabilidades. “No hay personal suficiente para hacer la limpieza”, afirmaron, al resaltar la ausencia del administrador del campo santo. Esta falta de atención no solo afecta la apariencia del lugar, sino que también representa un riesgo para la salud de quienes visitan a sus seres queridos.
A pesar de las campañas de prevención del dengue, los habitantes cuestionan la efectividad de estas medidas ante un panteón que se ha convertido en un foco de infección. “¿De qué sirve que se implementen campañas si aquí, en el panteón, la situación es crítica?”, preguntaron los visitantes, quienes señalaron la incongruencia entre la teoría de la prevención y la realidad que enfrentan a diario.
El estado del panteón no solo es una cuestión estética; es un reflejo de la falta de compromiso institucional. En el lugar, se pueden observar montones de basura y un crecimiento descontrolado de maleza. Algunos visitantes han tenido que recurrir a improvisar métodos, como el uso de raquetas para combatir a los zancudos, para poder rendir homenaje a sus difuntos sin convertirse en víctimas de su entorno.
Mientras el personal del panteón ha comenzado a realizar algunas labores de limpieza, la comunidad espera una respuesta más contundente por parte de las autoridades. La limpieza y el mantenimiento del Panteón Jardín San Marcos son esenciales no solo para preservar la memoria de los fallecidos, sino también para garantizar la salud y bienestar de quienes acuden a este lugar sagrado.