La alta cifra de alumbramientos domiciliarios refleja unanecesidad en mejoras al acceso a servicios médicos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El Movimiento de Parteras de Chiapas, conformado por más de 650 mujeres, ha emergido como un actor clave en la defensa de la salud materna en las zonas indígenas y rurales del estado. Desde su fundación en 2014, este colectivo ha tenido que enfrentar una constante discriminación y el desconocimiento de su labor, que va más allá de la asistencia al parto. Las parteras, quienes son el primer contacto con el recién nacido, se encuentran a menudo con barreras institucionales que dificultan su trabajo, como la negativa a otorgar certificados de nacimiento.
En un estado donde el 38.54 por ciento de los nacimientos se registran en domicilios particulares, el trabajo de las parteras es más relevante que nunca. Su lucha no solo es por el reconocimiento de su labor, sino por asegurar que cada mujer, sin importar su ubicación, tenga acceso a una atención digna y segura.
La precariedad de los servicios de salud en Chiapas se ha convertido en otro reto para este movimiento. Las parteras no solo deben enfrentarse a la falta de reconocimiento, sino también a un sistema que las deja desprotegidas en situaciones críticas. Los traslados complicados y la ausencia de especialistas o insumos en centros de salud son parte del día a día, lo que afecta la atención que las mujeres embarazadas reciben en las comunidades más alejadas.
Sin embargo, a lo largo de estos años, el Movimiento de Parteras ha conseguido avances significativos. Durante la pandemia, su labor fue reconocida socialmente por su capacidad de seguir atendiendo a mujeres en medio de la crisis sanitaria. Además, han establecido mesas de diálogo con las autoridades de salud, lo que les ha permitido ganar terreno en la visibilidad y el respeto a su trabajo, aunque el camino aún está lleno de desafíos.
Uno de los logros más destacados del movimiento ha sido la creación de una cartilla de derechos, un documento que ofrece a las parteras una herramienta de apoyo y les permite comprender mejor los derechos de las mujeres que atienden. Esta cartilla incluye extractos de la Constitución y de convenios internacionales, y se ha convertido en una pieza clave para fortalecer su rol dentro de las comunidades.