Productores llaman a autoridades a implementar operativos que protejan la producción y
economía local
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La producción de café en Chiapas enfrenta una crisis alarmante que se traduce en pérdidas
millonarias y un impacto devastador en los jornaleros y productores locales. Según datos de la
Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café, las regiones de la Sierra, Frontera, Frailesca
y Costa han visto reducidas sus cosechas en hasta un 30 por ciento, un efecto colateral directo de
la creciente violencia en el estado.
El presidente de la asociación, Luis Herrera Solís, subrayó que la violencia no discrimina; pequeños,
medianos y grandes productores sufren por igual. “La comercialización del café se ha visto
afectada. Hay municipios donde grupos armados controlan las carreteras, lo que genera temor
entre los compradores y bloquea la movilización de la producción”, advirtió. Esta inseguridad no
solo pone en peligro la cosecha, sino que también alimenta un entorno propenso a la delincuencia.
El abandono de cafetales se ha vuelto común en comunidades como Chicomuselo, donde los
productores han tenido que huir por la violencia desatada en la región. “Los cafetales están siendo
abandonados, y muchas comunidades están vacías porque la violencia ha hecho imposible la
recolección”, denunció Herrera. Esta tendencia afecta la producción inmediata y compromete el
futuro del café en Chiapas, que ha sido una fuente de ingresos vital para miles de familias.
Aunque el precio del café es alto en el mercado, este beneficio es ilusorio si no se puede cosechar
ni movilizar el producto. La falta de seguridad está convirtiendo a los productores en prisioneros
de su propia tierra, y el tiempo apremia, puesto que la cosecha comienza en noviembre y
diciembre. Sin una intervención efectiva para restablecer la paz, las pérdidas podrían alcanzar
niveles sin precedentes.
Es imperativo que las autoridades implementen medidas de seguridad efectivas para salvaguardar
la producción cafetalera y, en última instancia, la subsistencia de miles de chiapanecos. La
situación demanda una respuesta urgente y coordinada para asegurar que el café de Chiapas,
símbolo de su cultura y economía, pueda prosperar en un entorno seguro y productivo.