La desorganización y falta de control en zonas rurales y fronterizas agravan dicha situación
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En Chiapas, el robo de vehículos ha escalado a uno de los problemas de seguridad más
persistentes y difíciles de abordar, esto reveló una cadena de comercio ilícito que atraviesa
fronteras y afecta la economía local. Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública (SESNSP), se registraron más de mil robos en nueve meses de este año, lo
que muestra la magnitud de un delito que no solo se concentra en áreas urbanas, sino que
también explora rutas hacia Guatemala.
Las bandas que operan en la Costa chiapaneca han ideado métodos efectivos para movilizar los
autos hacia Guatemala a través de rutas menos vigiladas. Desde Talismán hasta El Carmen, estos
vehículos cruzan en caminos secundarios sin regulaciones estrictas. Dependiendo del modelo, un
auto robado puede valer hasta 50 mil pesos en el mercado guatemalteco, lo que hace de este
tráfico un negocio rentable.
En zonas de usos y costumbres de Los Altos de Chiapas, el problema adquiere una complejidad
adicional, toda vez que la seguridad se rige por sistemas comunitarios que desafían los operativos
de recuperación. Esto facilita que los autos robados circulen sin documentación en regiones donde
las autoridades externas tienen un acceso limitado.
Los autos robados no solo cruzan fronteras, sino que también abastecen a mercados de
autopartes en Chiapas. Desarmados en talleres y deshuesaderos, sus piezas terminan en las manos
de compradores, muchos de los cuales desconocen la procedencia de las partes que adquieren.
También, la informalidad del mercado en línea y las redes sociales han incrementado el flujo de
autopartes de origen dudoso, ofreciendo una salida adicional para los vehículos sustraídos.
Ante este escenario, las autoridades insisten en la importancia de una mayor regulación y
controles en la frontera sur, así como en áreas rurales donde los autos robados encuentran poca o
nula fiscalización. La recomendación a los compradores es clara: verificar siempre la legalidad del
vehículo y evitar transacciones fuera de sitios confiables para contribuir a frenar este comercio
ilícito que afecta a todo el estado.