Omar Gasca
Ciertas creencias, varios sesgos cognitivos, alguna clase de pronunciamientos pseudocientíficos y muchas ventajosas afirmaciones sin el menor sustento, se traducen en expresiones y prácticas racistas, clasistas y de discriminación cultural, étnica, religiosa, ideológica, geográfica, estética, sexual y educativa, entre otras, en torno a países y personas diferentes, con distinto aspecto, con más o menos recursos económicos y con diversas preferencias de todo tipo. La raza –digamos de paso– es una construcción social, no científica,del siglo XVIII, que se estableció como sistema jerárquico de los seres humanos y que sobre todo ha favorecido la esclavitud y la marginación (ver los trabajos del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de los Estados Unidos, por ejemplo).
Muchas acciones en el mundo reflejan la equivocada concepción de que hay personas y países de primera y de segunda clase, hecho que contribuye a la formación o reafirmación de sentimientos negativos, a la vez que se opone a todo principio de cordura y a la paz en tanto estado colectivo de empatía y estabilidad positiva.
Todo ello suele identificarse con actitudes arrogantes, altaneras, soberbias que, sumadas a una cierta clase de poder, dan lugar al atropello, al maltrato, a la marginación, a la explotación y a la anulación de la vida digna, cuando no a la vida en su sentido íntegro. Son lamentables los efectos que lastiman sin distinción a niñas y niños, ancianas y ancianos, hombres y mujeres, hecho que se intensifica con las guerras y los desplazamientos y crisis humanitarias que estas provocan. Los ejemplos, dramáticos todos, sobran. Quizá solo se vean superados por las muchísimas mentes oblicuas que pretenden invisibilizarlos, minimizarlos, ignorarlos. “Nos acostumbramos a la violencia y esto no es bueno para nuestra sociedad. Una población insensible es una población peligrosa”, decía Isaac Asimov.
El mundo necesita paz. Pero la paz no solo es inexistencia de guerra. Implica un entorno libre de toda forma de violencia. Requiere de procesos participativos, positivos y eficaces que involucren educación, condiciones y oportunidades, cultura, conciencia, diálogo, entendimiento, cooperación y leyes justas, nacionales e internacionales. “La forma de sanar la sociedad de la violencia y de la falta de amor es reemplazando la pirámide de dominación con el círculo de la igualdad y el respeto”, escribió Francis Story Talbot, mejor conocido como Manitonquat, el mismo que predicaba que la sociedad individualista es una fuente de infelicidad.
“La Paz es de todos. No hay personas ni países de primera y de segunda”, es una modesta iniciativa que quiere animar la reflexión. Se trata de un video de cinco minutos, con 17 imágenes realizadas por artistas y diseñadores, con textos complementarios y algún material sonoro, para ser expuesto en pequeñas salas, preferentemente en medio de un conversatorio, y en las redes digitales. Su contenido, que fue realizado libremente a partir de una convocatoria que exponía el tema y definía el formato, es también una invitación a que otros desarrollen iniciativas similares. Participamos Michelly Aburto, María Asa, Byron Brauchli, Marco C. Goso, Roxana Cámara, Carlos Salvador Cárdenas, Ale Carreón, Adriana Corona, Juan José Díaz Infante, Omar Gasca, Victoria Molina Gapi, Marisela Peguero, Francisco Romero, Carlos Torralba, Ed Osmay, Manuel Velázquez y Alexa Zendejas. La Iniciativa, gestión, textos y producción de audio (voz) son de quien suscribe estas líneas; el diseño de la convocatoria y parte de la gestión corresponden a Ed Osmay; el video lo realizó Carlos Salvador Cárdenas y la música, intitulada Soothsayer, es de John Patittuci.
El proyecto se ha difundido en distintas geografías e instituciones públicas y privadas, además de las redes sociales digitales, y en algunas publicaciones impresas se ha hecho referencia al mismo. Recientemente, con la participación de Ed Osmay, Carlos Torralba y Manuel Velázquez, en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana se llevó a cabo una charla sobre el tema, que incluyó la proyección del video.