El daño ecológico en Chiapas se agrava por la intervención de autoridades locales en actividades destructivas
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
Chiapas enfrenta un grave deterioro ambiental tras perder más del 50 por ciento de sus bosques nativos en los últimos 50 años. Esta alarmante cifra refleja los efectos del cambio de uso de suelo, la tala ilegal, y el avance desmedido de la urbanización, poniendo en riesgo su biodiversidad. La transformación de vastas áreas forestales en terrenos para cultivo y ganadería industrial ha acelerado esta crisis ecológica.
Los problemas no se limitan a la deforestación. La sobreexplotación de recursos naturales ha causado la erosión de suelos y la contaminación de mantos freáticos, lo que afecta tanto a las comunidades locales como a los ecosistemas. El deterioro de los humedales y las fuentes de agua subterránea es una de las consecuencias más graves de esta situación, que repercute en la calidad de vida de los chiapanecos.
La Comisión de Medio Ambiente del Congreso Estatal, ha señalado que, además de la deforestación, el saqueo de recursos como el material pétreo está destruyendo cerros y altera el paisaje de las zonas altas. Este tipo de actividades, muchas veces apoyadas por autoridades locales, agravan la vulnerabilidad del estado frente a desastres naturales como las sequías e incendios forestales.
El daño ambiental también está reduciendo la capacidad del estado para sostener su riqueza natural, lo que afecta al turismo y a la vida silvestre. En 2019, las lagunas de Metzabok, un atractivo turístico importante, quedaron desérticas debido a la sequía provocada por la alteración de los ecosistemas, lo que evidenció la magnitud de la crisis en curso.
El futuro de la región depende de un cambio urgente en las políticas de gestión ambiental. Si bien existen esfuerzos aislados para revertir los daños, las autoridades deben comprometerse a proteger los recursos naturales de forma efectiva. Sin una regulación más estricta y un enfoque en la restauración ecológica, el estado podría enfrentar una pérdida irreversible de su riqueza ambiental.