El presidente municipal enfrenta rechazo por ceder control de proyectos a una organización ajena al ayuntamiento
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
Habitantes de Altamirano han levantado la voz contra el presidente municipal, Gaspar Sántiz Jiménez, por su decisión de entregar a la Organización de Pueblos Autónomos para la Protección de los Indígenas Chiapanecos (PAPICH) el control de las obras sociales para el ejercicio municipal 2025. Este movimiento ha generado malestar, puesto que los ciudadanos consideran que esta medida vulnera el proceso oficial a través del ayuntamiento.
La principal preocupación de los pobladores es que, al ceder el manejo de los recursos a esta organización, el presidente municipal podría estar excluyendo a quienes no estén alineados con su postura política. Los residentes de diversas comunidades denunciaron que esta acción no solo es arbitraria, sino que también les niega el derecho a decidir sobre las obras que impactan a sus barrios.
Ante esta situación, las comunidades han comenzado a organizarse para exigir la reversión de la decisión. A través de asambleas y reuniones, buscan presionar al alcalde para que reconsidere su postura y devuelva el control de las obras a la vía oficial, con el objetivo de garantizar así la transparencia y la equidad en la distribución de recursos.
Lo que preocupa aún más es la posible exclusión de proyectos en comunidades que no se alineen con la política de la organización PAPICH. Los pobladores temen que, en lugar de promover el desarrollo, esta estrategia derive en un mecanismo de control político que favorezca a unos pocos y perjudique a la mayoría.
El futuro de las obras sociales en Altamirano depende ahora de la respuesta del presidente municipal. La presión de los ciudadanos y la creciente movilización podrían forzar un cambio, pero, por ahora, los habitantes del municipio continúan en la lucha por mantener la administración de los recursos en manos de su Gobierno local, no de una organización externa.