Daniel Ortega quiere revivir el sueño de un canal interoceánico y espera que China lo convierta en realidad
PORTAVOZ/AGENCIAS
En mayo de 2024, el Gobierno nicaragüense parecía haber enterrado para siempre el sueño de un canal interoceánico en el país centroamericano a semejanza del famoso Canal de Panamá.
Tras 12 años de agonía, en los que el proyecto nunca se materializó, la administración de Daniel Ortega canceló la concesión otorgada a la empresa HKND, del inversionista chino Wang Jing.
No obstante, el pasado 18 de noviembre, el presidente Ortega desempolvó viejas fantasías, y sorprendió al auditorio de la XVII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe con la presentación de una “nueva ruta” para un canal interoceánico.
El mandatario latinoamericano ofreció el megaproyecto al Estado chino, con la esperanza de que el gigante asiático le insufle vida.
NUEVA RUTA, MAYOR COMPLEJIDAD
Ortega propone una vía canalera de 445 kilómetros de largo, entre 290 y 540 metros de ancho y una profundidad de 27 metros. Según el mapa de su presentación de PowerPoint -la única información oficial disponible hasta este momento- la ruta partiría de un puerto en el Mar Caribe, que se construiría en Bluefields, pasaría por el lago Xolotlán y saldría por el puerto Corinto, en el Pacífico.
¿Qué beneficios puede traer una ruta más de 100 kilómetros más larga que la del primer proyecto?
En opinión del analista político nicaragüense José Antonio Peraza, con la nueva ruta, aumentan la complejidad y los costos de la obra. Si bien el nuevo canal ya no atravesaría el Lago de Nicaragua o Cocibolca, el mayor lago de Centroamérica, Peraza está convencido de que este cambio responde a un lavado de imagen: “Ortega básicamente sacó el Lago de Nicaragua de la ruta, porque sabe que eso es impopular ante los ambientalistas”.
¿MANIOBRA POLÍTICA?
El expreso político, exiliado en Estados Unidos, cree que la resurrección del canal “es una maniobra política de Ortega para llamar la atención. Él necesita aliados internacionales, y busca atraer la atención de China principalmente. Sabe que está débil, que está aislado de los países Occidentales”.
“Es un recurso retórico, tratando de atraer inversión, para que China asuma ese riesgo enorme, pero yo no veo esa posibilidad en un país tan inestable como Nicaragua”, agrega Peraza en declaraciones a DW.