Habitantes se ven obligados a decidir si apoyar a las organizaciones delictivas o huir de sus
hogares
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La Sierra y Frailesca en Chiapas se ven sacudidas por una escalada de violencia y desplazamientos
forzados, a medida que las organizaciones delictivas intensifican su presión sobre las
comunidades. Habitantes de La Concordia han huido en masa, después de asegurar que las
autoridades locales los obligan apoyar a dichos movimientos con trabajos domésticos.
Algunos testimonios revelaron el miedo y la desesperación que se apoderan de La Concordia. Las
familias, advertidas de la llegada de El Maíz, han abandonado sus hogares para escapar del
reclutamiento forzado y de la violencia indiscriminada que esta agrupación criminal ejerce sobre la
comunidad.
En medio de la huida, se destacó la historia de un joven que, preocupado por la seguridad de sus
abuelos, los evacuó en una lancha mientras enfrentaba la impotencia de no poder hacer más por
su comunidad. La situación es crítica para él, porque sus abuelos son su única familia.
Otros desplazados explicaron que El Maíz busca expandirse en las comunidades, compitiendo por
el control territorial con otras células delictivas. La violencia se ha vuelto tan insoportable que los
residentes, incluso los ancianos, se ven obligados a huir con lo poco que pueden cargar.
Las comunidades también denuncian que las autoridades locales, bajo amenazas, los obligan a
apoyar al crimen organizado. El temor a represalias lleva a muchos a participar en actividades
como bloqueos y plantones, mientras las fuerzas de seguridad se disfrazan para infiltrarse y atacar
a la población desarmada.
Detrás de esta violencia despiadada, se encuentra una lucha de cárteles por el control de las minas
en La Concordia. La situación en La Concordia resalta la cruda realidad de comunidades atrapadas
en medio de la guerra entre el crimen organizado, enfrentándose a decisiones imposibles y
desplazamientos forzados en busca de seguridad y supervivencia.