La solidaridad de autoridades y entrega de ayuda humanitaria fueron importantes para
reconstruir los ejidos
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En una jornada que marcó el regreso a la normalidad para un grupo de familias, el Auditorio
Municipal de Socoltenango presenció la vuelta a casa de aquellos que por varios días buscaron
refugio en medio de la incertidumbre y la violencia que sacudía los ejidos de Puerto Rico y Nuevo
Chejel, pertenecientes a este municipio.
El desplazamiento ocasionado por el conflicto entre presuntas organizaciones delictivas llevó a
estas familias a abandonar sus hogares en busca de seguridad. El sábado por la mañana, el primer
grupo de residentes decidió regresar y recuperar la normalidad que la violencia les había
arrebatado.
Algunos afectados optaron por la travesía acuática y navegaron por la presa de La Angostura.
Otros, por su parte, eligieron la ruta terrestre, al transitar desde Santa Cruz hasta Pujiltic, pese a
los probables bloqueos carreteros que pudiesen suscitarse en el camino.
A su llegada, autoridades estatales y municipales les brindaron una cálida bienvenida,
materializada en la entrega de ayuda humanitaria destinada a aliviar las dificultades que
enfrentaron durante su estancia en el refugio temporal. La solidaridad se expresó en gestos
concretos, al proporcionar a estas familias los recursos necesarios para reconstruir sus vidas.
Durante su tiempo en el refugio, las autoridades estuvieron al pendiente de garantizar los servicios
básicos, al procurar el bienestar de los afectados. La coordinación entre instancias
gubernamentales y la comunidad local se convirtió en un pilar fundamental para asegurar que
cada familia tuviera acceso a condiciones dignas mientras superaban las secuelas de los
acontecimientos recientes.
Aunque el regreso simboliza un paso hacia la recuperación, la sombra de la violencia persiste en la
memoria de quienes vivieron el drama de la huida. El desafío ahora radica en reconstruir no solo
hogares, sino también la confianza en la seguridad de su entorno.
La importancia de la unidad comunitaria y la pronta respuesta de las autoridades ante situaciones
de crisis fue pieza clave para salvaguardar la integridad de las familias. La comunidad espera que
este retorno sea el inicio de una nueva etapa de paz y prosperidad para todos.