Las estrategias en conservación y concientización serán fundamentales para evitar el declive de
dicha especie
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El impacto del cambio climático no solo afecta a los seres humanos, sino también amenaza a
Cespecies animales como el manatí en la laguna de Catazajá, Chiapas. El aumento de las
temperaturas y la disminución de las lluvias provocan niveles bajos en la laguna, poniendo en
peligro la reproducción de estos mamíferos acuáticos.
Las consecuencias son desgarradoras: crías muertas o separadas de sus madres debido a la
búsqueda de forraje en áreas ahora expuestas. Las madres, al buscar alimento, corren el riesgo de
perder a sus crías entre árboles o quedar atrapadas en raíces al descubierto. Este escenario,
impulsado por el cambio en los patrones climáticos, se traduce en una amenaza directa para la
supervivencia de los manatíes en la región.
La Dirección de Áreas Naturales y Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia
Natural (SEMAHN) reveló que, al año, nacen alrededor de 10 crías, pero solo siete logran
sobrevivir. Las tres restantes sucumben a las condiciones adversas mencionadas.
La situación se agrava por la naturaleza de la especie, siendo el manatí una especie en peligro de
extinción. Los machos, en su afán por aparearse, pueden llegar a pelearse y ahogar a las hembras
en el proceso. La fragilidad de esta especie en Chiapas destaca la necesidad de acciones urgentes
para su conservación.
Aunque existen proyectos de conservación para abordar los desafíos del cambio climático, se
enfrentan a otro obstáculo: la coexistencia con pescadores en la laguna compartida. La interacción
con las artes de pesca, colisiones con lanchas y la contaminación en otras zonas del país aumentan
el estrés en estas especies.
Los manatíes, con una impresionante tonelada de peso y una longitud de tres a cuatro metros,
tienen una longevidad de hasta 50 años y su principal fuente de alimento son las plantas acuáticas.
Dicho espécimen habita en los ríos Grijalva y Usumacinta, por lo tanto, requieren medidas de
conservación más sólidas para asegurar su supervivencia en un entorno cambiante y amenazante.