Pobladores han denunciado ante las autoridades el abuso de derechos humanos que se fragua
sin cesar
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En Frontera Corozal, Ocosingo, se encuentra “El Chicle”. Este lugar, descrito por algunos como una
cárcel, se encuentra encubierto en la comunidad y es utilizado para aprisionar a los pobladores,
esto representa un símbolo de temor y desesperación para los habitantes de la región.
Lejos de ser un centro de rehabilitación o justicia, “El Chicle” ha sido señalado por testimonios
anónimos de pobladores como un foco de abuso de poder, extorsión y violencia desenfrenada. Las
denuncias revelaron un patrón inquietante de detenciones arbitrarias, encarcelamientos
injustificados y prácticas que vulneran los derechos humanos más básicos.
“El Chicle” se manifiesta en su infraestructura decrépita y condiciones inhumanas, donde los
cautivos son confinados en espacios reducidos, rodeados de alambre de púas y sometidos a tratos
crueles y degradantes.
Además, se ha denunciado el encarcelamiento de mujeres como medio de coerción para forzar el
pago de rescates o extorsiones, lo que agrava aún más el clima de terror que impera en la zona.
Mientras tanto, las autoridades comunitarias de Frontera Corozal son acusadas de complicidad y
omisión ante las violaciones de derechos humanos perpetradas en “El Chicle”. A pesar de las
órdenes de intervención de la Fiscalía General del Estado (FGE), la inacción persiste, al dejar a los
más vulnerables a merced del abuso de poder.
En medio de la desesperación, la comunidad espera con ansias que este martes, en una asamblea
comunitaria, se tomen medidas concretas para abordar esta crisis humanitaria. Se busca no solo la
liberación de los cautivos Juan Magdiel Díaz González y Roberto Díaz López, quienes llevan 100
días privados de su libertad, sino también el cese de las prácticas abusivas y la rendición de
cuentas de aquellos responsables de perpetuarel régimen de terror en “El Chicle”.
Mientras tanto, el Registro de Atención documentó las violaciones de derechos humanos y la
urgencia de una acción inmediata para poner fin a la era de opresión en Frontera Corozal. La
comunidad clama por justicia y por el restablecimiento del Estado de Derecho en esta tierra
marcada por el miedo y la injusticia.