La península de Kamchatka ya está votando al próximo presidente que, seguramente
será Vladimir
PORTAVOZ/AGENCIAS
Las oficinas de voto abrieron en el Extremo Oriente ruso dando inicio a una elección
presidencial que durará tres días, en la cual Vladimir Putin, en el poder desde hace 24
años, busca un nuevo mandato.
Los comicios se iniciaron el viernes a las 8.00 locales (20 GMT del jueves) en la
península de Kamchatka y en Chukotka, en el extremo oriental de Rusia, y concluirán el
domingo a las 20 locales (18 GMT) en Kaliningrado, un enclave ruso en medio de países
de la Unión Europea.
Las elecciones se celebran en el contexto de una implacable represión que ha
paralizado a los medios de comunicación independientes y a destacados grupos de
defensa de los derechos y ha dado a Putin el control total del sistema político.
También se producen cuando la guerra de Moscú en Ucrania entra en su tercer año.
Rusia tiene ventaja en el campo de batalla, donde está logrando pequeños, aunque
lentos, avances. Ucrania, mientras tanto, ha hecho que Moscú parezca vulnerable
detrás de la línea del frente: los ataques con aviones no tripulados de largo alcance
han golpeado en lo más profundo de Rusia, mientras que los drones de alta tecnología
han puesto a su flota del Mar Negro a la defensiva.
Rusos emitirán su voto desde el viernes hasta el domingo en los colegios electorales de
los 11 husos horarios del vasto país, así como en las regiones de Ucrania anexionadas
ilegalmente.
Las elecciones tienen poca incertidumbre, dado a que Putin, de 71 años, se presenta a
su quinto mandato prácticamente sin oposición. Sus oponentes políticos están en la
cárcel o exiliados en el extranjero, y el más feroz de ellos, Alexei Navalny, murió
recientemente en una remota colonia penal del Ártico. Los otros tres candidatos en la
papeleta son políticos de bajo perfil de partidos de oposición simbólicos que siguen la
línea del Kremlin.
Solo los candidatos registrados o los órganos consultivos respaldados por el Estado
pueden asignar observadores a los colegios electorales, lo que reduce la posibilidad de
que haya vigilantes independientes. Con tres días de votaciones en casi 100 mil
colegios electorales del país, es difícil que haya un verdadero control. Solo los
candidatos registrados o los órganos consultivos respaldados por el Estado pueden
asignar observadores a los colegios electorales, lo que reduce la probabilidad de que
haya observadores independientes.
Ucrania y Occidente también han condenado a Rusia por celebrar la votación en
regiones ucranianas que las fuerzas de Moscú han tomado y ocupado.
El Kremlin excluyó de la votación a dos políticos que pretendían presentarse con un
programa antibélico y que contaban con un apoyo genuino, aunque no abrumador,
privando así a los votantes de cualquier opción sobre la “cuestión principal de la
agenda política de Rusia”, dijo el analista político Abbas Gallyamov, que solía trabajar
como redactor de discursos de Putin.
La dispersa oposición rusa ha instado a los descontentos con Putin o con la guerra a
acudir a las urnas el domingo al mediodía, último día de votación, en señal de protesta.
La estrategia fue respaldada por Navalny poco antes de su muerte.