Acorde con las denuncias de pobladores, dicha situación ha sido una problemática
constante
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
Habitantes aseguran que han pasado diversas administraciones municipales y ninguna de
ellas se ha preocupado por el grave problema que representa el basurero municipal
ubicado entre los municipios de San Fernando y Chicoasén, cabe mencionar que hoy en
día se ha colocado una barda, pero no por ello la basura se ha dejado de tirar a orilla de la
vía, situación que complica en muchas ocasiones el paso vehicular.
Una de las principales preocupaciones de los pobladores, es que este lugar se incendia
constantemente y el humo invade la zona, además del olor fétido que se siente en el
lugar.
Ante dichas circunstancias, pobladores señalaron importante que el Gobierno municipal
logre consagrar un proyecto importante para acabar con este tipo de basurero, e instalar
un centro de desechos que sean adecuados al medio ambiente.
Grupos ecologistas han levantado denuncias en el Gobierno estatal y ante la Secretaría de
Medio Ambiente a fin de garantizar que se logre un relleno sanitario como el que se ha
logrado construir en otras partes de la entidad, a fin de reducir el impacto ambiental en la
zona.
Transportistas y automovilistas que transitan a diario por esta zona dijeron que están
acostumbrados a sentir el olor fétido y a que el basurero está incendiándose, en el cual
señalaron que a veces el humo impide la visibilidad en la ruta, por lo que hay riesgo de
accidentes en este lugar.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 88 por ciento de
los destinos finales de la basura no se lleva a cabo bajo ningún monitoreo en cuestiones
de higiene ni seguridad. Esa es la realidad en un país que produce 120 mil toneladas de
residuos sólidos cada día (44 millones de toneladas al año), de las cuales, 19 mil no se
recolectan jamás y terminan quemadas en puntos clandestinos, en los caminos o
‘devoradas’ por la selva o el bosque, incluso, como sucede en buena parte de las costas
del país, directamente en el mar.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay aún mil 600
vertederos a cielo abierto en donde se deposita el 87 por ciento de la basura, y, al margen
de esas cifras, hay incontables focos clandestinos que jamás han sido registrados ni
controlados. Aunado a eso, solo el cinco por ciento de los residuos recolectados han sido
separados (en orgánicos e inorgánicos).
Por si fuera poco, el 83.7 por ciento de los basurales de residuos sólidos en nuestro país
no cuentan con la infraestructura ni los mecanismos apropiados para la captación de
lixiviados (casi el 90 por ciento de estos depósitos carece de la geomembrana necesaria
para evitar la filtración de estos lodos tóxicos hacia los mantos acuíferos y el subsuelo). Y
todo eso corresponde a un territorio nacional en el que 173 municipios de dos mil 471 aún
carecen de servicio alguno de recolección de los desechos.