Sarelly Martínez Mendoza
El candidato de la Coalición Seguiremos Haciendo Historia, Eduardo Ramírez Aguilar,
acaba de publicar el libro Plan Chiapas transformador 2024 (Maporrúa, 2024), título que
alude al Plan Chiapas Libre, aquel documento hecho público hace 200 años, el cual
reivindicó un estado autónomo e independiente de la Capitanía General de Guatemala.
No es el primer libro de su autoría, hace tres años publicó La participación del pueblo y la
revocación de mandato, en donde analiza el derecho de las personas para intervenir en
asuntos de interés nacional. Ese año, además, coordinó la edición de Los bicentenarios de
Chiapas, un texto de agradable diseño, que reunió a varios especialistas sobre nuestro
estado.
Escribir sobre Chiapas, dice su autor, es hacerlo con sentimiento de amor y de compromiso
social, y es lo que se palpa a través del libro que está integrado por ocho capítulos, que
abordan los retos más importantes en los rubros de economía, agricultura, educación,
seguridad, migración, turismo, ambiente, pueblos originarios y el mosaico cultural de
nuestra entidad.
En el recorrido histórico, que constituye la primera parte del libro, hay un reconocimiento
de los momentos gloriosos, los momentos de dignidad y vislumbres de un Chiapas con un
destino tan grande como el que se merece, pero que se ha quedado a mitad del camino.
Hay personajes que transitan por estas páginas que lucharon por los ideales de construir una
patria chica de mayor bienestar. En este balance histórico, de luchas, conflictos, logros y
heridas, está también el reconocimiento de los errores cometidos, de la creación de grupos
de poder que provocaron la distribución desigual de la riqueza, de la opresión de otros
grupos, sobre todo de pueblos originarios, que de manera cíclica han alzado su voz para
defender con dignidad, sus derechos y su propia forma de hacer historia.
Este apartado busca, lo que recomiendan los historiadores, explicar el presente a través de
la revisión del pasado para trazar caminos del futuro. Es un apartado didáctico y relevante.
En este libro hay datos para dimensionar los avances, palpar los problemas y las
oportunidades. Chiapas es una lista de pendientes, pero también de posibilidades de éxito.
Nuestras cifras no son para presumir, pero no se puede partir sin ignorar los retos: la baja
aportación que tiene el estado en el PIB nacional, las cifras sobre pobreza infantil, pobreza
de mujeres, pobreza de la población rural, pobreza extrema, baja productividad, carencias
de los productores de autoconsumo, acceso limitado a la educación y a Internet, deterioro
de la tierra, de la ganadería, de los retos de la pesca ribereña con tecnificación limitada,
entre muchos otros pendientes.
No es un libro complaciente, y no puede serlo, porque el autor ha buscado radiografiar la
situación de Chiapas en sus claroscuros, pero, también decía, en sus oportunidades y
posibilidades de éxito.
Sin proyecto económico, dice el autor, no hay transformación. El Estado, agrega, es
fundamental en la promoción del desarrollo social y el combate a la pobreza y a la
desigualdad.
Plan Chiapas transformador 2024 propone mecanismos para reducir la violencia, para
dignificar el trabajo de la policía, para construir territorios de paz y evitar el desplazamiento
forzado. Está la propuesta de convertir a la frontera sur, por la que pasa un millón de
migrantes al año, en capital cultural y económica de Centroamérica: “Es tiempo de que la
cercanía que Chiapas guarda con los países hermanos de Centroamérica se convierta en un
factor estratégico de desarrollo. Debemos encaminarnos a aprovechar las condiciones
geográficas y poblacionales para que mejoremos las condiciones de vida de todas las
personas que cruzan por nuestro estado, lo cual inevitablemente repercutirá favorablemente
en la vida de todas y todos los chiapanecos”, escribe Eduardo Ramírez.
En esta enumeración de retos, hay también recuento de fortalezas; por ejemplo, en turismo,
Chiapas es una de las cinco entidades más visitadas del país. Está también la fortaleza de su
gente, de los pueblos originarios, que son parte de la riqueza cultural, de nuestra identidad,
de la chiapanequidad, y de este mosaico de culturas que es Chiapas.
Los retos de nuestro estado son ancestrales, de lejos vienen los torrentes, decía Jan de Vos,
por eso deben impulsarse grandes transformaciones.
El libro Plan Chiapas transformador 2024, de Eduardo Ramírez Aguilar, invita al
optimismo, a que otro Chiapas, un Chiapas de bienestar, un Chiapas próspero, pacífico,
menos desigual y más equitativo es posible. Esperamos que así sea.