Chiapas enfrenta una crisis agrícola por pérdida de tierras ante el avance urbano y falta de apoyo gubernamental
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas se enfrenta al crecimiento urbano, el cual avanza sobre las tierras ejidales, convirtiendo el paisaje agrícola en un grupo de colonias semiurbanizadas. Esta expansión, si bien refleja el dinamismo económico del estado, también revela una realidad desalentadora: la agricultura ejidal está perdiendo terreno a pasos agigantados.
Según la Unión Nacional de los Ejidos Forestales y Agropecuarios (UNEFA), Chiapas se posiciona como el segundo estado del país con mayores complicaciones en su producción agrícola, solo detrás de Oaxaca. La falta de políticas públicas efectivas que respalden y fortalezcan al campo chiapaneco han incitado a que los productores chiapanecos abandonen dicha actividad económica y se centren en ver otras alternativas que les permitan llevar el sustento a sus hogares. El presidente de la UNEFA, Leobardo Ortiz Fuentes, aseguró que más 15 millones de hectáreas en la entidad se encuentran abandonadas y sin respaldo gubernamental.
La migración hacia Estados Unidos es otro factor determinante en este panorama. Cerca del 38 por ciento de la población ejidal ha optado por dejar sus tierras en busca de oportunidades en el vecino país del norte. Este movimientono solo deja parcelas sin cultivar, sino que también genera una pérdida invaluable de conocimiento y tradición agrícola.
La situación, sin embargo, no es irremediable. Chiapas posee un potencial agrícola inigualable y una comunidad ejidal trabajadora. Por lo tanto, las autoridades tienen que actuarcon determinación y responsabilidad. Se requiere apoyointegral al sector para promover una agricultura sostenible, con apoyo técnico y financiero a los campesinos, a fin de proteger las tierras ejidales.
El futuro del campo chiapaneco yace en la capacidad de las autoridades de reconocer su importancia estratégica y actuar en consecuencia. Salvaguardar la agricultura ejidal no solo es una cuestión económica, sino también un compromiso con la seguridad alimentaria, la preservación del medio ambiente y el bienestar de las comunidades rurales. Chiapas merece un futuro donde el progreso y la tradición agrícola vayan de la mano hacia la prosperidad.