De ocho ediles, cinco fueron reemplazados por el deseo de cambio y nuevas alternativas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En las elecciones celebradas el pasado domingo, ocho alcaldes de las regiones Istmo-Costa y Soconusco intentaron reelegirse, pero solo tres lograron el respaldo necesario de los votantes para continuar en sus cargos, según el Programa de Resultados Preliminares (PREP) del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC). Estos resultados reflejan tanto la aprobación como el desencanto de los ciudadanos con sus actuales administraciones municipales.
En Frontera Hidalgo, Juana Elizabeth De la Cruz Mazariegos logró reelegirse, al consolidar su liderazgo después de cambiar del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) al Partido Redes Sociales Progresistas (RSP). Este hecho evidenció su capacidad para mantener la confianza de los votantes, adaptándose a nuevos contextos políticos.
Julio Enrique Gamboa Altuzar, en Tuxtla Chico, también logró ganar. En esta ocasión, su candidatura fue respaldada por una coalición Fuerza y Corazón por Tuxtla Chico, la cual demostró ser una estrategia efectiva por la importancia de las coaliciones en la política local para fortalecer la base de apoyo y asegurar la victoria.
El alcalde de Pijijiapan, Carlos Alberto Albores Lima fue otro de los reelectos, al representar al Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Su continuidad en el cargo sugiere que los habitantes de Pijijiapan valoraron de manera positiva su gestión en el primer periodo, otorgándole un voto de confianza para un nuevo trienio.
Sin embargo, no todos los alcaldes en funciones corrieron con la misma suerte. En Cacahoatán, Metapa, Huehuetán, Mazatán y Mapastepec, los alcaldes en funciones fueron derrotados. Este patrón sugiere un mensaje claro de los ciudadanos que buscan nuevas alternativas y muestran descontento con las administraciones actuales.
Estos resultados electorales subrayaron la importancia de la rendición de cuentas y la percepción pública en las elecciones municipales. Los ciudadanos demostraron que están dispuestos a cambiar de liderazgo si sienten que sus expectativas no se cumplen, al tiempo que reconocen y apoyan las gestiones que consideran efectivas.